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Hoy era el último día escolar en la escuela Kibougamine. Debería estar feliz como cualquier otro alumno de aquí que estaría graduandóse y con la gran "esperanza" de que tendrá una vida llena de arcoíris.
Pero este no es el caso, les presentaré una pequeña introducción de mi lastimosa vida.
Qué cliché de mi parte, o quizás no, pero el chico que me gusta está enamorado de otra chica. Soy como esa canción llamada "Heather" o algo parecido.
Me da exactamente lo mismo lo que pase ahora, supongo que ser pésimista es un talento que adquirí con el tiempo. Aquella chica, que cabe mencionar era mi mejor amiga, decidió ir con mi crush.
No estoy enfadado con Chiaki, pero es triste o al menos para mí, porque ella sabía que me gustaba Hajime.
En fin, ahora estoy completamente solo. Mi única compañía es Kokichi, sin embargo es de otra aula.
Bueno, volviendo a mi rutina diaria hoy llegué a la clase que me correspondía. Me senté en el puesto que estaba junto a la ventana como el típico protagonista de una serie de Anime, pero esta vez sería uno diferente al cual todo le sale mal.
Ví a todos mis compañeros felices, menos a uno que siempre tenía su cara de amargado. Llevé mi vista hacía afuera notando a los de primer año haciendo ejercicio, supuse que estarían en la clase de gimnacia.
Se veían tan alegres y unidos.
Sonreí inconscientemente. Como su senpai debería darles el ejemplo de no rendirse nunca, pero Naegi es mejor en esas cosas que yo.
Me detení un segundo a observar a aquel chico sentado en una banca que capturó mi atención. Era Hajime.
Maldita sea, ¿Por qué se ve tan genial con cualquier cosa?
Hoy él traía puesta una chaqueta negra encima de todo el uniforme. Se veía más pensativo de lo normal, quizás planeaba invitar a Nanami a algún lado después de la fiesta de graduación.
"Debería dejar esa costumbre de suponer cosas.." pensé e ignoré rápidamente ese pensamiento.
Traté de no mirar más a Hajime (porque debo parecer un idiota) y en cuestión de segundos volví a tierra. Noté que aún no llegaba el profesor y eso me extrañó un poco, ya que él siempre es puntual en cualquier cosa. Vi la hora desde mi celular y deberíamos haber empezado la clase hace más de diez minutos.. no es que sea un alumno estrella, pero prefiero distrarme en Literatura que torturarme la cabeza por un chico que no corresponde mis sentimientos.
—¿Uh? ¡Pero qué es esto! —gritó Ibuki con su voz tan enérgetica que llamó la atención de la mayoría e incluso me sacó de mis pensamientos—. ¿Um? ¿Un cuaderno?
Lo hojeó a la rápida, en lo personal no me interesaba mucho lo que fuera, mas todos estaban atentos a los gestos extraños de Mioda.
—¿El diario de Nagito? —Leyó la primera página y en eso de escuchar mi nombre, me dió un escalofrío.
