Black Swan

1 | Bonita chaqueta

Amy

Examino mi reflejo en busca de cualquier falla; sin embargo, estoy satisfecha con el resultado. Las ondas de mi negro cabello caen sobre mis hombros; uso un jersey, el otoño está próximo y quiero evitar resfriados, con el último comprobé que mi sistema inmunológico no es muy confiable; llevo unos vaqueros desgastados y calzo mis preciados converses. Perfecto. Casi, aplico un poco de labial, ahora sí, estoy lista.

Me acerco al escritorio, tomo la cámara, mi bebé, y la coloco cuidadosamente en mi bolso. Lleno mis pulmones de aire antes de tirar de la puerta de mi habitación. Voy tarareando en voz baja una melodía, ni siquiera recuerdo el nombre de la canción, solo sé que es muy pegadiza.

Sing song when I'm walking home

Jump up to the top, LeBron

Ding Dong, call me on my phone

Ice tea and a game of ping pong, huh.

Lleno mi taza de un humeante café, agito mis caderas al ritmo de la canción que vaga por mi mente, intento no derramar. Llego a la pequeña mesa de la cocina, tomo asiento y unto mantequilla en mis tostadas, echo como si hoy fuera el último día de mi vida.

El sonido de la puerta chocando contra la pared me hace pegar un salto. Levanto la vista, Hyun tiene el cabello revuelto, los ojos apenas abiertos y unas bolsas negras bajo ellos. Continúo engullendo mi desayuno mientras le sigo con la mirada, camina arrastrando los pies, entre maldiciones imita mis pasos, se sirve café antes de tomar asiento a mi lado, tiene la vista perdida en la taza que sostiene.

—¡Qué humor! —clava los ojos en mí, bien pudieran ser dagas.

—Shhhh. No tan alto. Me va a estallar la cabeza —suelta un quejido.

—Parece que alguien se divirtió anoche —por su aspecto no es difícil de deducir.

—Ni lo digas.

—¡¿Amy?! —mamá grita, entra en la cocina.

—Por lo que más quieras calla a esa mujer —brama mi hermano antes de hundir la cabeza en la mesa, sonrío.

—¿Qué? —interrogo a la dueña de los gritos que se acerca y se sienta frente a nosotros.

—¿Podrías desayunar otra cosa? Las tostadas con mantequilla tienen muchas calorías, no son buenas para mantener un peso ideal —incrédula alzo una ceja, tiene que ser una broma.

—Me gusta mi figura y estás equi... —soy interrumpida por el ruido de la silla a mi lado que cae, Hyun corre, puedo asegurar que se dirige al baño.

—¿Qué le ocurre a tu hermano?

—Quizás el desayuno le cayó mal —miento, no quiero meterle en problemas.

—Tiene que cuidar lo que come, hoy tiene partido —niega mamá.

Se levanta apresurada y se dirije al salón. Prende la televisión y toma asiento en el sofá. Ahora, diálogos en otro idioma llenan la casa, empezó el dorama de la mañana.

Sí, mi madre está obsesionada con la cultura coreana, esto trajo como consecuencia que mi hermano se llame Hyun. En cambio, yo corrí con la suerte que papá seleccionó mi nombre, un común Amy, pero a los efectos mejor que cualquiera de los que le hubieran pasado por la cabeza a mi madre.