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CAPÍTULO VEINTIOCHO
DRACO POV:
-DETENTE!- Me vuelvo hacia atrás y entonces me encuentro con Tom
-¿Qué te pasa Draco, eres idiota? no nos corresponde a nosotros matarlo, olvidalo, no vale la pena.
Miro a Potter y aún puedo ver como ve su vida pasar frente a sus ojos, yo enserio quería hacerle daño.
Tom me llevó a la sala común y nos sentamos en el sofá que estaba más cerca.
Tom-Hey, estás bien?-
Draco- No Tom, no lo estoy. Ya no sé que más hacer, si no la encuentro en 24 hrs, Snape va a encargarse de que todos los mortífagos se enteren de que la perdí,van a comerme vivo.
Tom- Hey,no. Vamos a encontrarla. Lo prometo.
Nos levantamos del sofá y volvimos a salir de la escuela para buscarla. Pasamos horas afuera, y no había nada que pudiera llevarnos hasta ella. Creo que sería prudente que Madame Lestrange supiera que su hija está desaparecida, ya que no me quedan más de 8 horas para encontrarla. Fuimos a la mansión y esperamos a que alguien nos abriera la puerta.
-Tom Riddle y Draco Malfoy, ¿qué los trae por acá?- vuelvo a encontrarme con la desagradable presencia de Bellatrix, siniestra, fría, y un poco desquisiada si se puede decir.
-Bellatrix,yo..... tengo algo que decirte acerca de t/n-
-No me interesa lo que esa mocosa haga, no me involucro en sus problemas- ella alza las cejas y mueve su cabeza en distintas direcciones, como si estuviera asegurandose de que nadie esté escuchando.
-Bellatrix, ella está desaparecida-
Suelta una carcajada, como si el hecho de que t/n no esté, le resultara increíblemente divertido.
-Dices que mi hija está ¿desaparecida? Por dios Draco, creí que eras más listo, vengan muchachos pasen- ella nos hace pasar y tomamos asiento en la sala.
-Esperen un momento-
-¿Qué le pasa?- Tom y yo nos miramos confundidos, porque no sabemos que carajo pasa.
Bellatrix se sienta frente a nosotros y clava su mirada en la mía.
-Querida ¿quieres bajar un segundo?- Bellatrix se ríe y hace una extraña cara de sorpresa.
Escucho que una puerta se abre y que alguien empieza a bajar, no es cierto. ¿Ella está aquí?
Por segunda vez, Tom y yo nos miramos, sin entender nada de lo que está sucediendo.
-Estoy ocupada madre, ¿qué carajo se te ofrece?- cuando t/n se da cuenta de mi presencia, inmediatamente rueda sus ojos y no duda en volver a subir corriendo las escaleras.
