¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO TREINTA Y CINCO
TOM POV:
Son las siete de la mañana, se escuchan molesto ruidos de autos y puedo escuchar a los niños gritar, tengo que soportar los gritos de los asquerosos muggles gracias a esa maldita señora de rosa, pero para nada me arrepiento de haberla matado. Aunque tampoco pude pegar el ojo en toda la noche por qué mis amigos decidieron divertirse, agradecería que alguna vez recordaran usar el hechizo silenciador, es tan desagradable escuchar a mi mejor amiga gritar el nombre de mi otro amigo.
No puedo seguir durmiendo, así que me levanto y me paseo por la sala esperando recibir una lechuza con indicaciones que nos digan cómo sobrevivir en este desagradable lugar, casi como caída del cielo, una lechuza de color cobrizo llega a la ventana y me dirijo a abrirla para que la lechuza pueda pasar.
Consigo trae una carta con extensas instrucciones para lo que hay que hacer y no en este mundo. Tal parece que aquí no podemos tener duendes que hagan todo por nosotros y.... que? debemos preparar nuestra propia comida? Olvidalo.
Pronto los dos enamorados salen de su habitación y se encuentran conmigo sentados en el sofá.
-¿Y bien? qué hay que hacer-pregunta Draco aun con una voz totalmente somnolienta.
-Bueno.... aquí dice que primero debemos mezclarnos entre ellos para que no noten que somos distintos, lo cual quiere decir no magia, no duendes, no servidumbre. Tenemos que actuar como si realmente fueramos muggles, que horror. Aquí dice que hay ropa adecuada en cada uno de los vestidores de nuestras habitaciones, así que hay que ir a cambiarnos y me parece que hay una cuenta bancaria para cada uno de nosotros, así que debemos encontrar el maldito banco, y si queremos comer algo debemos prepararnos nosotros mismos, y no t/n no podemos desayunar, comer y cenar cereal- pronuncio a secas
-Maldita sea Tom, no estaríamos aquí de no ser por tus estupideces- escupe t/n sin ánimo
-Soporté seis jodidos años a Hagrid y a muchas sangres sucias, y en el último mes, se te ocurre matar a la gorda de color rosa- sentecia Draco con ira en su voz
-¿Saben qué? Jodanse los dos- me levanto de mi lugar y antes de irme les ordeno alistarse, ya que debemos salir lo más pronto posible.
Naturalmente, salimos una hora después de lo acordado, ya que t/n no podía decidir entre un estúpido vestido negro o color gris.
Al final, salimos de casa e inmediatamente, pude sentir como la sensación de lo desconocido se apoderaba de mi, miré a mis amigos, y no podían estar más confundidos que yo, lo puedo jurar.
-Bueno... muevete idiota, tengo hambre- Draco me invita a emprender mi camino mientras extiende su mano para abrirme paso en la calle.
Empezamos a caminar sobre la acera y empezamos a ver distintos lugares de cosas diferentes, hay varios lugares de comida, pero no tenemos dinero ahora, debemos hallar el jodido banco, que sabrá merlín donde está.
