CAPITULO 4

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CAPÍTULO 4

oscuridad.

oscuridad

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El silencio entre aquellas enormes paredes del salón de Tsukishima era abrumador

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El silencio entre aquellas enormes paredes del salón de Tsukishima era abrumador. Ninguno parecía querer decir algo, y en cierto modo era normal teniendo en cuenta la serie de situaciones poco comunes que les habían ocurrido. Anna aun sentía su cuerpo algo tenso por lo que había pasado cerca de una hora y media atrás, pero trataba de disimularlo como podía.

Por otro lado, Kei se encontraba sentado al lado de la de cabellos blanquecinos, sin poder evitar querer observar de reojo las largas y definidas piernas de la chica. Si bien era cierto que la mayoría del tiempo el actuaba como si las acciones de ella lo molestasen, al fin y al cabo él era un adolescente con las hormonas revolucionadas. Podía notar como gota a gota su paciencia y autocontrol se iban agotando a medida que las situaciones tan tensas.

Mientras repetía en su mente una y otra vez las imágenes de Anna que había guardado en su mente una duda cruzó su cabeza.

— ¿No se suponía que no llevabas sostén?

La pregunta tomó por sorpresa a Ikagura, quien abrió los ojos de par en par para luego soltar una suave carcajada. Una sonrisa lasciva apareció en su rostro.

— ¿Qué ocurre, virgenshima? ¿Acaso querías verme los pechos?

— ¡Claro que no, yo no quería...! — pero su voz se vió interrumpida por la de la fémina.

— Como sea, puede que sea una pervertida, pero no voy sin ropa interior a casa de los chicos. — sus ojos se cruzaron con los ámbar del chico de lentes, quien la observaba expectante. — No pienso decirte en que momento me lo puse Virgenshima, seguro que usas esa información para hacer cosas sucias.

El silencio volvió a aparecer frente a ellos como hacía unos minutos, un incómodo silencio opacado ligeramente por el sonido de la lluvia y los truenos en el exterior de la construcción. Una pequeña inquietud se apoderó del cuerpo de ambos chicos, aunque fue por razones diferentes.

— ¿Sueles ir mucho a casa de chicos? — la pregunta se escapó de los labios de Tsukki, y se arrepintió de haberla hecho en voz alta.

Ikagura abrió la boca para contestar, pero en ese momento, un fuerte estruendo retumbó por toda la casa, seguido de un apagón que dejó a oscuras toda la construcción. La tormenta los había dejado sin luz.

2. Hentai Girl || Kei TsukishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora