PROLOGO

8.9K 774 78
                                    

PROLOGO

el mensaje.

Kageyama's POV

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kageyama's POV

Abrí mis ojos con lentitud cuando sentí una vibración repetida cercana a mi cabeza y maldije en mi mente al darme cuenta de que había olvidado silenciar las notificaciones de los mensajes de mi teléfono.

Con los ojos aún ligeramente secos por culpa de mi estado de adormecimiento, tomé el aparato y prendí la pantalla para ver quien era la persona que me había mandado mensajes a las seis y media de la mañana.

Cuando fui capaz de descifrar el nombre de la persona, abrí los ojos de golpe y me incorporé, haciendo desaparecer cualquier ápice de somnolencia. Con el pulso acelerado y mis manos temblando ligeramente, abrí el chat para poder ver que decían los mensajes.

❀ ❀ ❀ ❀ ❀ ❀ ❀ ❀ ❀ ❀

💬 Mensajes.
📱Teléfono de Kageyama.
06:37 a.m.

Anna¡Kageyama!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Anna
¡Kageyama!

Anna
¿A que no sabes quién ingresará en el
instituto Karasuno la semana que viene?

Anna
¡Así es, tu querida primita!

Anna
Cuando despiertes llámame y te explicaré todo.

Anna.
Bueno, no te molesto más, hasta luego, primito.

❀     ❀     ❀     ❀     ❀     ❀     ❀     ❀     ❀     ❀

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

❀ ❀ ❀ ❀ ❀ ❀ ❀ ❀ ❀ ❀

— Tiene que estar de broma. — murmuré, mientras soltaba un suspiro y dejaba caer mi espalda sobre el colchón nuevamente. — No quiero ni imaginarme como reaccionarán los chicos al verla.

Quise pensar que de alguna forma, aquello solo había sido una de sus bromas pesadas, realmente quise hacerlo, pero en el fondo sabía que por mucho que desease lo contrario, ella vendría a estudiar al Karasuno.

Tal vez parezciera que mi prima no me agradaba por mi forma de reaccionar a la noticia, sin embargo ella es una de las personas más preciadas para mi. El problema es que pocas personas podrían llegar a ser tolerantes con su extraña personalidad, y no podía evitar pensar que pasaría con ella una vez empezase las clases.

Decidí no darle más vueltas al asunto, así que dejé el teléfono sobre la mesilla, esta vez con los mensajes silenciados y volví a cerrar los ojos con la intención de descansar un poco más antes de que se hiciera hora de levantarse para ir a clases.

No se que hora era cuando sentí una gran presión sobre mi pecho, impidiéndome respirar con normalidad. Trate de ignorar aquella sensación y me moví en la cama, con la intención de acomodarme nuevamente, pero una voz femenina llegó a mis oídos.

— ¡Buenos días, Kageyama! — saludó una chica de cabellos blanquecinos, tumbada sobre mi cuerpo.

— ¡¿Pero que mierda?! — grité, levantándose rápidamente y por consecuencia, tirando a la chica al suelo. — ¿Que demonios haces en mi habitación? ¡Y más importante aún! ¿Como demonios entraste en casa?

Pude contemplar como Anna se frotaba la cabeza y me dedicaba una sonrisa inocente. — Entré por la ventana.

— ¡¿Que entraste por...?! — antes de perder los nervios, traté de respirar profundamente para calmarme, y cuando al fin lo consiguí, me crucé de brazos con seriedad. — No puedes entrar en mi casa cuando te plazca, Anna. Hay algo que se llama derecho a la privacidad.

Un pequeño silencio se instauró entre nosotros, seguido de una fuerte carcajada por parte de Ikaguya, quien rápidamente se ganó una mirada de confusión por mi parte. Aún entre risas, Anna trató de hablar nuevamente.

— L-lo siento, Kageyama, pero no puedo tomarte en serio de esa manera. — las lágrimas de risa salían de los ojos de la de cabellos blancos a la vez que señalaba algo en mi entrepierna. — ¡Eres un pequeño pervertido, primito!

Al darme cuenta de lo que estaba hablando, mi rostro se tornó de un rojo carmesí, mientras tomaba lo más rápido que pude un cojín para taparme aquella parte. — ¡Es una reacción muy habitual en los hombres al despertarse!

Pero las excusas de utilizaba, solo provocaba que las carcajadas de la chica se volviesen aún más audibles en la habitación. Fue en ese instante en el que me di  cuenta de que mi vida en el instituto Karasuno iba a cambiar por completo como consecuencia de la llegada de mi pervertida prima.

2. Hentai Girl || Kei TsukishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora