Capítulo 2

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No podía dejar de ver la tablet, había muchas personas registrándose a este torneo. Pero no estaba el, mi EVA, mi musa. Deje la tablet en la mesa y mire a Tadashi.

—¿Aún no aparece en la lista?

—Nada señor— no me miraba, siempre era así. Solo acataba órdenes.

—Has lo que sea para que entre— me levante y me pare justo enfrente de él— hazme ese favor ¿entendido?— tome su rostro con mi mano y acaricie su labio inferior.

—Si Ainosuke-san...— bajo la mirada quitando su rostro de mi mano.

—Buen perro— sonreí— prepara el coche.

—Si Ainosuke-san— siguió detrás mío— Disculpe pero ¿Qué sucederá con la inspectora Kamata?

—Eso ahora no me importa, de todas formas acordamos lo que sucedería si yo llego a estar involucrado ¿O caso lo olvidaste?— lo miro de una forma superior, ya que eso siempre ha sido entre Tadashi y yo.

Llegamos al coche, Tadashi abrió mi puerta y entre, junto cuando iba a ir al frente lo detuve antes.

—Otra cosa... busca información del amigo de Langa, ese chico pelirrojo, necesito sabes si va a hacer un problema en el torneo.

💙❤️💙

—Ya me voy.

—Ten lindo día Langa. Por favor avísame si llegas tarde a casa.

—Claro mamá, ten lindo día— cerré la puerta y baje a la entrada de mi edificio.

En verdad esperaba que Reki pasara, de todas formas debía pasar por aquí para ir a la escuela ya que era la ruta más corta. Espere en el poste incluso unos pocos minutos de lo usual para poder verlo, espere pero no vino, tal vez... ya estaba en la escuela.

Puse mi patineta y empecé a andar a la escuela, tal vez llego antes, aunque eso sería un poco raro de Reki. Llegue a la escuela y guarde mis zapatos en el locker, entre al salón y todos me saludaron, eran amables al querer saludarme. Voltee emocionado pero...

—¿Reki no ha llegado?

—No, creíamos que llegaría contigo— menciono un chico a un lado mío— pero bueno, no importa mucho. Tal vez solo se quedo dormido y llegara después del almuerzo.

No creo eso, Reki jamás se levantaría tarde; de los dos era el que llegaba puntual. Entro el profesor y todos nos sentamos en nuestros lugares y empezó a dar la clase el profesor, se sentía raro no tener a Reki a mi lado, normalmente apenas empezaba la clase veíamos trucos de skate en YouTube. Con cuidado de que no viera el profesor saque mi celular y le mande mensaje a Reki.

Langa: Reki ¿estás bien? no viniste a clase

Langa: descuida, le diré al profe que tuviste un problema

Termino su clase y fue la hora del almuerzo, apenas nos dijo que había acabado su clase corrí a la entrada esperando ver si llegaba Reki. Comí ahí pero no estaba y no llegaba; no podía seguir así, saliendo de clases iría directo a su casa. Volví a entrar al salón y tampoco estaba ahí.

—Ya no vino Reki. A lo mejor este enfermo, nunca falta a menos que sea importante— dijo una chica que se sentaba frente a nosotros hablando con su otra amiga.

Apenas me senté y empecé a buscar que se le podía llevar de comida aun enfermo. Lo primero era sopa, o unas bolas de arroz. Aun traía un poco de dinero, pasaría a comprar unas bolas de arroz, a lo mejor unas rellenas de algo. Aunque, era una suposición de que estuviera enfermo, tal vez aun seguía afectado por lo de anoche.

Pero ahora si no me quedaría de brazos cruzados, ahora si hablaría con él. Si el no quería hablar yo lo haría y le explicaría todo, solo esperaba que escuchara y me perdonara.

Ya cuando por fin dijeron que las clases terminaron salí primero que todos, en la entrada varios se me acercaron a preguntarme si quería salir con ellos pero les dije que tenía un asunto importante. Corrí a la tienda que quedaba cerca de la casa de Reki, no estaba seguro que comprar así que compre varias comidas y dulces que se que le gustan. Llegue corriendo a su casa, me paré frente a su puerta y estaba apunto de tocar cuando se abrió la puerta de golpe.

—...¿Eres Langa?— me dijo la chica, se veía igual a la mamá de Reki, aunque era mayor a Nanaka. Solo asiento— genial, necesito que te quedes aquí un momento. Pasa.

Entro de nuevo a la casa, yo no sabía que estaba pasando pero mejor pase.

—No nos conocemos. Soy Rumi, hermana mayor de Nanaka y menor de Reki— me hablaba desde la cocina, me asomé y ella estaba calentando algo— voy a serte sincera, se que tú solo puedes ayudar a mi hermano y espero que en verdad lo hagas y que hayas venido por eso.

—¿Reki está enfermo?

—Un poco, se durmió con ropa mojada y amaneció con un poco de fiebre— me vuelve a mirar— ¿qué traes en la bolsa?

—Comida, unos pocos dulces que le gustan.

—Que lindo detalle— sonríe y sirve en un tazón pequeño la sopa que estaba calentando, la acomoda toda en una bandeja— llévale la comida. Así de paso tratas de resolver las cosas.

—¿Les conto?

—Claro que no... Te diré algo Langa. Reki carga con sus problemas y los de los demás él solo, jamás dirá nada a alguien por el simple hecho de no ser una carga, porque no quiere preocupar a alguien más con sus problemas. Así que... se un buen cuñado y ayúdame cuidando de nuestro pequeño.

—N-no somos pareja Reki y yo—respondí nervioso, sentí hasta mi cara roja.

—Entonces se están tardando. Tengo que irme, se que arreglaras las cosas con mi hermano— salió de la cocina no sin abrazarme.

Salió de la casa y yo quede parado en medio del pasillo, tome la bandeja con mucho cuidado aun también con la bolsa de la comida. Camine a la habitación de Reki, con cuidado abrí la puerta pero no estaba ahí; su cama estaba destendida, todo desordenado. En eso escuche una sierra en la parte del patio así que supuse que estaría en su garaje, deje la bandeja en su mesa y salí y en efecto.

Se movía con lentitud, no era normal de él. Cuando volteo vi su rostro y él me vio a mi. Ambos nos quedamos viendo, yo me moví primero, llegue hasta estar frente a él y ahí pude notar que sus mejillas estaban más rojas de lo usual además de que tenía una capa leve de sudor.

—...Si estás enfermo no deberías estar trabajando Reki.

—No estoy enfermo— evito mirarme y se volteo—...¿qué haces aquí?

—Tu hermana salió y dijo que llegaría tarde, además no quería que te queda-

—Puedo cuidarme solo, tranquilo— justo en eso se movió pero se tambaleo apunto de caerse.

—¡Reki!— me acerque y lo sostuve— por favor, déjame cuidarte aunque sea en lo que llega tu hermana.

—...De acuerdo.

Sin saber ya tenía una sonrisa en mi cara, la sentía. Con cuidado y aun sosteniéndolo lo lleve a su habitación, ya adentro se sentó en su cama y le extendí la sopa para que comiera. Ahora si por fin tengo mi oportunidad.

—Reki— me miro sin su misma chispa de siempre— necesito hablar contigo, por favor. No quiero que estemos mal...

Nos quedamos callados, esperaba que él respondiera, no iba a hablar a menos que él accediera.

—....De acuerdo, hablemos.

Quédate conmigo... por favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora