Capítulo 4

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Cuando estaba despertando me estire como de costumbre, pero sentí vacío el otro lado. Yo recordaba que se había quedado Langa, me enderezo un poco para alcanzar mi teléfono y veo que ya era de mañana, de suerte ya era fin de semana y no había clases.

Me pare para estirarme y salí de mi habitación, escuchaba ruido en la cocina así que me acerque y me quede sorprendido. Estaba mi mamá, Rumi, Nanaka y Natsuki, y también estaba Langa... con el mandil de mi mamá.

—¿Qué esta pasando aquí?— me asome y me quede recargado en la puerta.

—¡Reki! Que bueno que despiertas— se acerco mi mamá y me abrazo, también puso su mano en mi frente— al parecer ya bajo u fiebre. Langa eres un buen enfermero.

—¿De que hablas mamá?— no estaba entendiendo nada.

—Anoche mamá y yo llegamos tarde con Nanaka y Natsuki— hablo Rumi sentada en la mesa— pero cuando llegamos vimos a Langa volviendo a calentar la sopa que hice en la tarde.

—También nos dijo que te estuvo cambiando las vendas de agua en la frente, así que le dije que se quedara a dormir— sonrío mi mamá feliz.

—No podía dejar a Reki solo, además le había avisado a mi mamá con tiempo.

—Recuérdame mandarle algo a tu mamá— seguía sonriendo, no era sorpresa que mi mamá adorara a Langa, desde la primera vez que lo traje quedo encantada con él— Reki no dejes ir a Langa, es un gran amigo.

—Claro, amigo— susurro Rumi para reírse y mirar a Langa.

De acuerdo, era claro que había pasado algo entre esos dos y al ver la cara de Langa avergonzada sabía que no era nada bueno.

—Bueno vamos a almorzar ya, Langa hizo hot cakes.

—¡Hot cakes!— gritaron emocionadas Nanaka y Natsuki.

Todos nos reímos. Langa trajo un plato con una pila enorme de hot cakes además de que había miel, frutas y café.

—¿Acaso tu preparaste todo esto?—le pregunto sorprendido mientras se sienta junto a mi.

—Claro, de hecho esto es poco a lo que cocinaba en Canadá. Además, leí que los que se enferman deben comer bien y fruta.

—Reki enférmate más seguido y trae a Langa— me dijo Rumi riéndose y agarrando una fresa.

—Tu me dirás que sucedió ayer señorita— la miro seria mientras como— ¡Guau! De verdad están ricos Langa.

—Langa te quedas en casa, debo de irme a trabajar— me da un beso y así se va con cada una de las chicas y de paso abraza a Langa— ¡Si salen tengan cuidado!

—¡Siiiii!— respondimos todos y empezamos a comer antes de que se enfriara.

La verdad sentía más relajado hoy que ayer, ya me había arreglado con Langa y Rumi se llevaba bien con él, aunque de vez en cuando hacia comentarios un tanto extraños que ponían nervioso a Langa. Después de terminar de almorzar yo me ofrecí a lavar los trastes, ya había terminado y cuando iba a agarrar mi teléfono vi que tenía un mensaje.

Número desconocido: Ve a Dope Skate a las 22:00, solo. No le digas a nadie

Reki: ¿Quién eres?

Número desconocido: Solo ve a esa hora solo, no digas nada. Te conviene hablar

—Reki ¿sucede algo?

—¡Langa! Me asustaste— le pegue en la frente y el se sobo— claro que todo esta bien, no te preocupes.

Guarde mi teléfono, no sabía quien era y no me daba buena espina, pero no quería preocupar a Langa.

Quédate conmigo... por favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora