Capitulo 1

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4:23 a.m.
#Chicago

2 horas después de...

El frío intentaba calar por la suabe tela del saco que cubría su pecho en un intento de protegerlo de la brisa helada por la lluvia.

Su labio inferior temblaba por las bajas temperaturas que provocaba el tiempo.

Y el resbaladizo suelo dificultaba la urgencia de volver a casa y olvidar los recuerdos anteriores.

Sabía que el hecho de tener a toda las asociaciones a su acecha era una condena pero a la vez la idea de resurgir la extaciava.

Un sentimiento convinado con el temor y le aterraba...

Le aterraba saber que sus instintos estaban eufóricos por saborear nuevamente la dulce agonía ajena

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El pasillo era insólito y macabro, las paredes se sentían infernalmente estrechas y por primera vez viví en carne propia la agonía.

En mi mano derecha descansaba una arma con la última bala que me garantizaba seguridad y mis sentidos aún más agudos al peligro.

Mientras que caminaba el olor a sangre se escurría por mis fosas nasales causandome nausias y el miedo al peligro de ella me causaba terror.

Terror...

Pánico...

Tendian a describirme de forma cruel, para la sociedad la desgracia se arrastraba por mi espalda y temían por conocerme.

¿El dinero y la muerte eran suficientes para llenar mis sentidos desquiciados?

Talvez, solo... talvez fue eso a lo que me llevó a este lugar.

Puerta tras puerta... no encontraba nada pero sabia que ella estaba aquí, podía sentir su miedo y eso me dolía, me dolía la idea de no haber podido defenderla y garantizarle seguridad.

El gran bunquer en el que me encontraba buscándola arrojaba rastros de sangre seca por las frias paredes de cemento.

Las tenues lámparas que apenas iluminaban el sobrio lugar no ayudaban en lo absoluto.

La erida punzante en mi abdomen causado por una navaja punzaba más por el movimiento de mis pasos. Mi camisa estaba llena de sangre que ya ni siquiera estaba segura de si era mía en su totalidad.

Un grito agónico me hizo temblar...

Era ella...

Corrí aún con mis piez descalsos llenos de heridas y con el abdomen a medio desangre pero no importaba, la protegería.

Se lo prometí...

Corrí tanto hasta que mis pulmones ardieron hasta una puerta desgastada de acero en donde se escuchaba movimiento dentro.

DESEO © I (EN PAUSA Y REVISIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora