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El mundo ha cambiado después de
la llegada del virus ENIA, los niños
dejaron de serlo para convertirse
en armas del gobierno, solo un
pequeño porcentaje de los infectados
sobrevivió, y ha...
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Al día siguiente antes de la junta matutina, los implicados en el incidente del almacén hablamos con NamJoon en la habitación que él ha denominado como su oficina, es una antigua habitación de hospital que adaptó con un par de escritorios y sillas que encontró por ahí.
No hubo castigo hacia nosotros porque, según NamJoon, los castigos generan oposición y rebeldía ante las autoridades.
Repito que más se esperaba del hijo de un militar y una senadora, por suerte este tipo de sistema nos ha ayudado a sobrevivir y muchos nos sentimos cómodos trabajando para el campamento que para los campos del gobierno, la gran diferencia es evidente todos somos iguales y debemos ayudarnos.
Dentro de la sala de juntas se sentía un ambiente cargado de tensión, muchos veían con desconfianza a los recién llegados, cuya presencia era imponente ambos eran diferentes a nosotros, llenos de confianza y seguridad cosa que muchos aquí aun no lograba desarrollar.
NamJoon daba su informe, como de costumbre, y yo le ignoraba, como de costumbre, sin embargo, cuando mencionó mi nombre y el de mis amigos me desconcertó bastante.
─Los encargados de investigar los pisos ocho, nueve y diez serán, Kim TaeHyung, Park JiMin, Kim JiSoo, Choi YeonJun y Son ChaeYoung ─decía NamJoon tranquilamente mientras seguía asignado las misiones.
Nadie, absolutamente nadie, quería subir más allá del piso ocho; además de ser tenebroso y muy húmedo muchos han dicho que es peligroso por el desgaste de las paredes. No estábamos en un apocalipsis zombie, pero nuestro edificio parece el típico escenario para ambientar una película de ese género.
Quizá, sí había pequeños castigos disfrazados de misiones.
La reunión terminó y todos salimos de ahí directamente a nuestras labores, pero durante mi camino sentí nuevamente aquella punzada en la cabeza.
─Mi hermano menor te acompañará a aquel sitio espéralo cinco minutos antes de ir a tu misión. ─Resonó aquella voz grave en mi mente sabía que era él, pero, ¿Por qué me hablaba así, no podría solo hablarme directamente a la cara?
TaeHyung me sostuvo del brazo en cuanto sentí desmayarme.
─¿JiMin estás bien? ─Me observó preocupado.
─Sí descuida, estoy bien vamos a trabajar ─le afirmé caminando nuevamente.
─¡Kim TaeHyung! ─Se escuchó a lo lejos.
Ambos nos dimos media vuelta y vimos que ByulYi caminaba directamente hacia nosotros.
─JiMin, ¿Nos das unos minutos a solas?, hay un asunto que se debe hablar en privado si no es mucha molestia ─sonrió ampliamente.
