𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 2

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Después de que Dazai se fuera;

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Después de que Dazai se fuera;

El pequeño de ojos azules observaba como el castaño se alejaba del lugar junto a su padre.

Se sentía triste y desanimado por el hecho de que él había ignorado cada palabra que decía, además de que evadía sus solicitudes de juegos.

El no entendía el porque era tan serio y distante, solo quería ser su amigo y llevarse bien con el, pero su actitud no era de mucha ayuda. Era como si el castaño cerrará una barrera entre ellos, una que el no era capaz de cruzar.

El pelirrojo tomó sus cosas y arrastrando sus zapatos se acercó hasta donde su madre se encontraba, despidiéndose de los últimos niños que quedaban. El menor optó por jalar ligeramente la ropa de su madre para llamar su atención

—¿Ya nos podemos ir? —Preguntó con un ánimo bajo.

La madre observó con atención a su pequeño, podría apreciar tristeza en sus ojos y se inclinó para poder estar a la altura del pequeño.

— En un momento, ¿Ocurre algo? —Cuestionó dudosa la peliroja.

Bajó la cabeza y se sentó en el suelo, su madre al ver esta acción no pudo evitar acercarse a el aún más preocupada.

La emoción, ilusión y alegría que había mostrado en la mañana se había desvanecido, sin dejar rastro. Sus ojos que antes mostraban un brillo tan encantador, ahora estaban siendo oscurecidos por un sentimiento negativo.

— Chuuya... En casa hablamos, ahora tengo que atender unos asuntos con los padres de un niño, espérame unos minutos cariño. — Sin más, lo dejó sentado en su banca.

El tiempo pasaba y para él se hacía infinito. Fué entonces cuando al frente, se encontraba un pequeño albino mirando detenidamente al Pelirojo y notó que estaba decaído.

— H-Hola, soy Atsushi Nakajima. — Se presentó el pequeño ante su contrario.

Si, ya se conocían, pero el albino tenía miedo de hacer enojar al Pelirojo por alguna u otra razón.

Al no recibir respuesta, optó por acercar a su querido peluche de tigre blanco, tratando de dárselo para hacer que se sintiera mejor.

— Te lo puedo prestar si eso te hará sentir mejor ¡Toma! — Con su brillante sonrisa le dió su peluche.

El pelirojo no tuvo de otra más que tomarlo. Era suave, esponjoso, lindo, le causaba una sensación de tranquilidad, tanta que, podía sentir llegarle el sueño lentamente.

— Gracias...supongo. —

— Está bien. Hoy parecias muy apegado a ese niño nuevo, pero es grosero ¡Ví como empujó a Ryūnosuke! — Exclamó algo molesto.

— Sí lo sé, pero ya no me importa, ya no le hablaré. —

— Oh. Entonces ¿Quieres jugar conmigo mañana? —

Juguemos ♡︎ •.Soukoku•.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora