𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 6

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El menor aún seguía paralizado, quizá debía irse o talvez ¿Debía decir algo?

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El menor aún seguía paralizado, quizá debía irse o talvez ¿Debía decir algo?

No sabía que hacer, no sabía cómo reaccionar.
¿Quién era esa mujer? ¿Era amiga de su padre y por eso estaban jugando juntos? ¿El podía jugar con ellos?

Después de experimentar aquella extraña escena, se encontraba sentado en el suelo; apoyado sobre la puerta de la habitación de su padre, le daba curiosidad lo que había visto, pero seguramente era algo de lo que no tenía porque enterarse.

Así que se puso de pie y caminó hasta su habitación, cerró la puerta de su cuarto con seguro y se metió entre las colchas de su cama. Se quedó pensando con quién podría jugar aquel juego, si nunca antes alguien había querido jugar con él.

A excepción de...

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A la mañana siguiente, Dazai estaba ansioso por llegar a la guardería, más que de costumbre.

Amarró sus agujetas, guardó su libro en una pequeña maleta y la puso sobre su espalda. Bajó al primer piso y se sentó en el comedor para esperar a que su padre estuviera listo y lo dejara en la guardería, pero no salía ¿Aún estaría jugando?

Se preguntó el niño de ojos oscuros.

Salió del comedor y se fué hasta la puerta de la habitación, puso su mano a unos centímetros de la perilla y justo en ese instante, la puerta se abrió.

Era su padre, quien estaba listo para ir a dejarlo, éste al notar la presencia de su hijo, frunció el seño y alzó la voz.

- ¿Osamu? Te he dicho que no entres a mi habitación sin mi permiso. - Habló molesto y cerró la puerta.

El pequeño bajo la cabeza y asintió para después irse a la guardería junto a su padre.

[...]

Hacía unos minutos que lo había dejado en la guardería, el castaño se dedicó a buscar por todas partes al pelirojo que no hacía más que estar desaparecido.

Harto de tener que buscarlo, se sentó en la misma banca de siempre, insultando mentalmente al pequeño de ojos azules por no estar presente cuando él quería.

Ignorando lo que pasaba a su alrededor, no notó como el pelirojo que buscaba hace apenas unos minutos, ya se encontraba a su lado.

- ¡Llegaste temprano! Me sorprendió llegar y verte ya aquí sentado. - Exclamó con una mezcla de asombro y emoción.

Dazai alzó su mirada, para encontrarse con aquellos ojos azules llenos de felicidad y brillo. Para ser sincero, alegraba su mañana.

- Ah sí, yo... Yo te estaba buscando.

- Oh ¿De verdad? Eso no suena a algo que dirías ni en cinco años. - Se sentó junto al castaño con una risita burlona.

Terminaron por cambiar de tema y comenzar a hablar mientras esperaban al otro que también formaba parte de su pequeño grupo, Atsushi.

Juguemos ♡︎ •.Soukoku•.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora