Juguemos ♡︎ •.Soukoku•.

𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 7

[Advertencia: Este capítulo podría contener escenas que serían incómodas para algunos usuarios, no es algo fuerte, pero porsiacaso ya avisé]

- Dazai... - Habló primero después de aquella repentina acción. - ¿Qué haces exactamente?

- Así es el juego, uno va debajo y otro arriba. Y como yo sé más del juego, yo iré arriba
El pelirojo no se sentía con forme con eso y le dió un empujón al castaño.

-¡No se vale! Yo quiero ir arriba, solo explícame.

- No te voy a dejar ir arriba, ahora acuéstate o haré que duermas en la sala. - Se cruzó de brazos.

Luego de una muy corta discusión, algo molesto, Chuuya termina acostado. Seguido, Dazai se pone encima de él, juntando sus cuerpos en una posición que ahora mismo le parecía incómoda.

- ¿Por qué...-

- Es parte del juego, Chuuya.

Con movimientos lentos, empieza a frotar levemente su parte inferior con la de su contrario. Al principio, Chuuya se sobresalto por tal acción, eso es nuevo para el pequeño, solamente soltó un suspiro.

- No es tan divertido... Cómo creía. Pero se siente extraño.- Habla desanimado y con un toque de curiosidad.

- Quizá sea la posición. - Respondió el castaño.

Tomó a Chuuya de los brazos y lo levantó. Se sentó en la orilla de la cama y se acomodaron un poco, de forma en la que el pelirojo estuviera sentado en las piernas del castaño, quedando frente a frente.

- Ahora si es más cómodo. - Habló con una corta risita.

- Es verdad. Es más divertido de lo que pensaba. - Le responde devolviéndole una sonrisa.

Debido a la posición y por estar hablando casi se cae, Dazai lo toma de la cintura evitando que éste caiga.

- Ah... Sostenme para... No caerme, ¿Si?.

El pelirojo seguía sintiendo esa sensación de hace un rato, pero aunque habían cambiado de posición no le disgustaba. Fué el primero en ahora moverse, tomó al castaño de los hombros, estando aún más cerca.

Podría haber durado o avanzado más, pero la noche no lo permitiría.

La puerta del primer piso se abrió y cerró de golpe, ocasionando que el pequeño pelirojo se asustara y se soltara del agarrare, cayendo al suelo.

El golpe sonó hasta abajo. Mori subió rápidamente las escaleras, entrando a la habitación de su pequeño, encontrándose con aquella escena de Chuuya en se suelo y Dazai sentado en la cama un tanto confundido.

[...]

Todo pasó tan rápido. Luego de revisar que Chuuya estuviera bien, los mandó a dormir.