Es tan rápido

7 1 0
                                    

- No te levantes - pidió Ylönen.

- Tengo náuseas - dije a punto de vomitar.

- Te llevaré...

Demasiado tarde. Le vomité encima.

- Diablos,lo siento - dije apenada.

- Nos dejarán en cuarenta, después de que firmes los papeles del matrimonio.

-¿Es necesario? El mundo es un caos... Eso no debería importarle a mi padre.

- Me importa -dijo Alexander.

- Como sea,no me siento bien.

- Estarán aislados en un pequeño departamento,antes deben firmar.

- Eso es algo innecesario - me quejé.

- Eso calmara mi conciencia - dijo mi padre.

- Genial.

Estaba muy cansada cuando me dijo que iríamos a otra habitación.

- No creo poder caminar - dije mareada.

- Están terminando de revisar tus pruebas.

-¿Que pruebas?

- Cuando te desmayaste te revisaron, creían que estabas embarazada.

- Me siento del asco.

- Te cargaré - dijo Ylönen.

- Lamento que estés atado a mi - dije murmurando.

Me quejé cuando me alejo de su pecho para dejarme en una fria silla.

Alexander nos veía algo preocupado.

No había juez,nadie más que nosotros tres.

- Bien,firmare. ¿Me dejaran descansar?

- Adelante - dijo Alexander.

Firmé sin ganas. Estaba cansada.
Vi a Ylönen firmar y luego a mi padre firmar.

-¿Si sabes que no soy menor de edad verdad?- le dije mientras lo miraba.

- Claro que sé la edad que tienes.

- Si,por supuesto... - dije en tono de burla.

- Eres mayor que esté tonto - dijo Alexander.

- Algo mencionó.

-¿Que edad tienes?- preguntó Lauri.

- Dile querido padre - dije sería.

- Ylönen,tienes dos años menos que ella - dijo Alexander.

-¡¿Tienes 18?!- dije sorprendida.

- Me parece que no es momento para eso - dijo Lauri.

- Llévala a descansar - dijo Alexander - esperaré las pruebas que hicieron.

-¿Le harás otro examen de sangre?- preguntó Lauri.

- En unos días - dijo Alexander

Lauri volvió a cargarme y me quedé dormida en sus brazos.
Me sentía a gusto en sus brazos.
Desperté con él a mi lado, abrazándome.

Recordé que estábamos aislados.

¿Porque aislarnos a los dos?

- Porque estuve contigo las últimas semanas - dijo Ylönen.

- Eso no tiene sentido, también él estuvo conmigo.

- Pero tu padre... No es humano.

- Supongo que eso es... Olvídalo.

XandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora