Se había vestido como todos los días, buzo zapatillas y un poleron gigante. La única diferencia es que estaba en frente de la casa de su enemigo recientemente confirmado tocando el timbre.
Se escuchó una voz en el sitofono.
Que nesecita señorita - tenía que ser la voz del mayordomo
Hola estoy buscando al señor Montgomery, me llamo Nia - suspiré
El señor no atiende a cualquier persona, tiene que sacar cita con su secretaria - respondió la voz
Mire, puede dejarle el mensaje de quién soy y que sólo esperare 15 minutos aquí ? - ya molesta de la situación.
No le prometo nada - y corto
No pasaron 2 minutos y el portón se abrió.Pase por favor - sonó otra vez el citofono
Entre y cuando llegue a la entrada de la casa había un pequeño hombre de cabello blanco esperándome.
Señorita lamento la espera el señor la atenderá inmediatamente. Por aquí - me guío asia la biblioteca donde escape la noche anterior.
Ahí estaba Yack, sentado tras el escritorio, sin nadie más en la habitación.
¿Donde estan mis hermanas? - esperanzada de que estuvieran debajo del escritorio.
Están en el jardín - sonrió - sabía que volverías, tu sentido de responsabilidad al parecer es grande.
Sentido de responsabilidad y una mierda, ella no quería tener cargo de conciencia o terminar muerta por culpa de ese tipo.
Uffff . Claro que sí - sonreí y respire profundo tomando fuerza para la pregunta que no quería hacer - ¿ cuando se pueden ir ? Y yyy ¿Que se supone que debo hacer yo para que eso suceda?
Ya con tu presencia aquí es suficiente para que puedan irse,- bajo el tono de su voz - aunque tú, no te puedes ir asta que lleguemos a un acuerdo.
Bien lleguemos a un acuerdo - con la voz más dura que pude acorde
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cuando estoy contigo
RomanceElla era la chica invisible y él, el hombre más apuesto que de la ciudad. Nada resultó ser como lo creían, pero quién sabe si se volvería mejor.