cosa hermosa

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Jimin despertó sin saber qué hora era, pero estaba comenzando a amanecer. Esbozó una sonrisa al mirar por la ventana como el sol salía, el cielo era anaranjado y aunque estaba algo nublado por posible nevada, se veía hermoso. Miró a su lado y soltó un suspiro al no ver a su padre, se levantó de la cama acomodando su ropa mientras le dió por asomarse a revisar a su pequeño.

Estaba durmiendo muy tranquilo.

No lo escuchó llorar en la noche por lo que sabía que el diablo lo había atendido, salió de la habitación mirando alrededor no encontrando a su padre en la cocina, en el estar o en el recibidor. Se asomó por el ventanal y lo vió fuera de la cabaña sentado en el pasto mirando el amanecer.

A pesar de que a jungkook no le agradaba nada que tuviera que ver con el frío, le estaba gustando sentirse diferente en un lugar nuevo. No había dormido en casi toda la noche por lo que salió un rato, estuvo de pie por media hora antes de querer sentarse y dignarse a estar congelado que a estar de pie.

—vaya, no pensé que quisieras ver el amanecer...

—yo tampoco lo pensé, pero me siento diferente estando aquí... Aunque estoy alejado de las cosas que conozco me gusta estar aquí. —mostró una diminuta sonrisa cuando Jimin se sentó a su lado. Ambos se quedaron esperando por ver el amanecer—

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Tras haber amanecido por completo, ya dadas las siete el menor de todos despertó llamando la atención de uno de sus padre con gimoteos mientras el rebuscaba algo de ropa después de su baño, Jimin quién hacía presencia allí se acercó a la cuna para tomar con cuidado a su hijo

—buenos días mi pequeño Hades —habló muy bajito para no molestar su oído— debes tener hambre...

Jimin salió descalzo a la cocina para buscar un biberón, aún con su hijo en brazos logró llenarlo con agua caliente y preparó su mezcla, la mezcló para juntar todo y hacer que pudiera enfriarse un poco, mientras lo hacía se sentó en un sillón del estar

—descansaste mucho? parece que papá te cuidó mientras dormía —apegó a su hijo contra su pecho ya prediciendo que el biberón debía estar tibio—

Alimentó a su hijo dejando que él a su velocidad comiera lo que quisiera o lo que pudiera. Suspiró mientras se relajaba, después de que amaneció no había visto a jungkook y no sabía si preocuparse. Pero el era más viejo de lo que era y tenía más conocimiento si algo le llegaba a pasar, intentó distraerse mientras esperaba a que su hijo saciara su hambre, lo miró conservando en sus recuerdos una imágen eternecedora de su pequeño que le hizo soltar una boba sonrisa.

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El diablo llegó a la cabaña después de salir a caminar un rato, soltó un suspiro de alivio al sentir el calor regresar a su cuerpo. Dejó una pequeña bolsa donde traía un regalo para Jimin en el recibidor y se metió al baño, mientras su hijo fuera vulnerable debía tener la menor cantidad de cosas encima. El diablo se quitó la ropa dejándola en un cesto aparte, al hacerlo pasó frente al espejo y no pudo evitar detenerse a mirar su propio reflejo.

Su cuerpo estaba cambiando a pesar de estar menos de una semana aquí, su cuerpo siempre tuvo líneas desde que Amenadiel se unió con él, las había conocido como doradas pero el tiempo las hizo volverse de un color violáceo. Y ahora no entendía porqué eran doradas tan repentinamente, su cuerpo evolucionaba al sentir un cambio que no tenía adaptado.

Se metió a la ducha no queriendo pensar más en lo que le sucedía, dejó que aquellas finas gotas de agua dulce resbalaban por su piel blanquecina, pasando cada una de sus líneas haciendo que su caída sea única, un suspiro de alivio salió de sus labios al sentir su cabello totalmente empapado, el tacto del agua con su piel era de ensoñación para más de uno, sus ojos yacían relajados, se estuvo sintiendo muy tenso durante muchos días y los síntomas estaban haciendo efecto en su cuerpo...

Su momento de ducha duro poco por decisión propia, debía regresar y darle atención total a su pequeño hijo puesto que lo había dejado solo con Jimin por más de dos horas, el seguía siendo inexperto por lo que necesitaba el mundo a sus pies para que nada saliera mal.

Salió del baño empapado con una bata y una toalla pequeña secando su cabello, la bata por lo menos cubría su desnudo cuerpo y a pasos lentos entró en la habitación y camino hacía el armarios, no tenía nada planeado para hoy por eso sólo se puso algo cómodo, un pantalón deportivo y una camiseta negra, optó por no usar zapatos y quedarse descalzo porque al ritmo que los usaba se terminaría quedando sin pies.

—buenos días chiquito —se asomó a la cuna, sonrió con amor hacia su pequeño al verlo dormido y gordito— alguien ya desayuno y quiso tomar la primera siesta del día

Jungkook se acercó a un cajón junto a la cama para sacar las toallitas húmedas, sacó un par de la caja y regresó con su hijo, cómo era tan pequeño aún para darse un baño debía limpiarlo con cosas que no le hicieran daño a su piel los primeros meses. Lo limpió con cuidado de no despertarlo sin dejar pasar sus manos después de la pelusa que encontró ayer, ya después le puso una pijama y lo dejo en paz

—me preguntó dónde andará mi otro mocoso...

Jungkook salió despacio de la habitación y fué a la cocina por una taza de café, también aprovechó de robarse una de las galletas que había en el tarro para acompañar su gran taza de líquido vital. se dirigió hacía el estar y se relajó en su espacio zen de vida eterna... Su sillón con vista

Mientras él estaba tan tranquilo, Jimin estaba en el jardín de la cabaña por curiosidad. Había visto un huerto de frutas dónde las manzanas y las moras le provocaron, se llevó una cesta de la cocina y comenzó a recojer algunas, le queria pedir a Hyuna que le enseñará a hacer una tarta de manzana y a su padre le gustaba la jalea de moras en una tostada.

—Buenos días Majestad —llamó rápidamente la atención del rubio, al voltear se encontró con un habitante elemental, por poco se le salió un grito de la emoción—

—buenos días, es tu huerto? Si lo es perdóname por robar tus frutas —el ser elemental negó con una sonrisa no queriendo hacer pasar esa pena al rubio—

—no, no, sólo lo cuido. Puedes tomar lo que quieras —ofreció amablemente, se alejó un poco de él pues su deber hoy era sacar las frutas ya listas y revisar las demás—

—que amable...

Jimin recogió la última mora del arbusto y tomó con orgullo su cesta, se despidió del elemental y regresó a la cabaña, tenía una jalea que preparar pero su problema era hacer que jungkook no se la comiera en el proceso, por lo que al llegar escondió la cesta antes de que su padre la viera. Ya más tarde si se decidía a salir la haría, su mirada enfocó a su padre en el sillón del estar comiendo una galleta mientras leía un libro, sólo lo había visto por un rato en toda la mañana así que lo extrañó, se sentó a su lado llamando su atención de tal manera que se le escapó una sonrisa cuando se notó la emoción en sus ojos

—sabes? Mientras no estuviste alguien me hizo una bonita y diminuta compañía... —Jimin rió levemente, podía ver acostado del otro lado junto a jungkook a su pequeño envuelto en almohadas para evitar que se fuera a caer y lastimar—

Jimin antes de recostar su cabeza contra el hombro del diablo besó su mejilla, ya después se quedó mirando lo que leía hasta que comenzó a sentir los ojos pesados, la lectura no solía ser lo suyo casi siempre así que mejor se levantó del sillón y tomó a su pequeño en brazos con cuidado, lo meció suavemente y lo llevó a la cuna, estaba algo activo pero era una miniatura como para querer ser tan hiperactivo tan pronto

Su cometido le recordó al diablo cuando hacía eso con Jimin, el estaba recién nacido cuando llegó al infierno, no le gustaba el calor por lo que debía poner bolsas de hielo bajo su cuna toda la noche para que pudiera dormir sin llorar. Ya después de que tuvo su primer año no lo hizo más cuando Jimin se comenzó a acostumbrar a la temperatura. Jimin para ser el mejor padre para Hades tendría muchas cosas que aprender, pero lo conocía lo suficiente como para saber que le dedicaría todo el tiempo del mundo en amarlo y ser un fiel guiador de su hijo...




𝕬𝖓𝖌𝖊𝖑𝖘 𝖆𝖓𝖉 𝕯𝖊𝖒𝖔𝖓𝖘 ᕙ𝕶𝖔𝖔𝖐𝖒𝖎𝖓ᕗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora