Mamá

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No pude dormir. Era un vuelo largo y entre semana no había logrado descansar lo suficiente. Pero ni siquiera el cansancio acumulado ayudó a que pudiera conciliar el sueño. Vi todas las películas disponibles en la pantalla del avión. No tenía mucho que hacer sin Internet. Intenté escribir alguna idea para alguna película o documental, pero nada fluía. Mordía la uña de mi pulgar con ansiedad y volví a cerrar los ojos. Dormite algunos minutos durante las últimas tres horas del vuelo hasta que finalmente anunciaron el aterrizaje.

Cuando me fui hace diez años, había fantaseando con regresar como una celebridad, bajaría del avión y la sala de espera estaría llena de gente diciendo mi nombre. Un auto esperaria por mi y mis guarda espaldas me escoltarian hasta él. Ahora me doy cuenta de la estupidez que era ese pensamiento. Soy un director, un cineasta. Estoy detrás de cámara y hasta hace poco no estuve trabajando más que como apoyo. Nadie me conoce, no hay fama. Hay dinero, suficiente para vivir en donde vivo, pero no millones para que viajar se considere un peligro. Me doy cuenta mientras camino hacia la salida que nadie sabe que vengo. No hay nadie esperando por mi. De repente un sentimiento de soledad me invade casi haciendo difícil respirar. Coloco mis audífonos y camino viendo hacia enfrente, la música rock ahoga mis propios sentimientos y solo camino. Alguien jala mi brazo y pienso que tal vez algo se cayó de mi bolso.

Siento mi estómago caer hasta el piso. Taehyung me esta tocando, su rostro se volvió maduro. Sus rasgos son más definidos, más masculinos. No hay nada delicado en su apariencia y aun así solo quiero protegerlo. Me sonríe con duda, su cara enojada cambió cuando vio mis audífonos y niega.

-Dios, te vas a quedar sordo. Puedo escuchar la guitarra eléctrica hasta donde estoy- dice mientras quita el auricular inalámbrico de mi oreja.

-¿Qué haces aquí? No te dije cuando llegaba- digo con un tono semi infantil a pesar de tener veintiocho años ya.

-Sólo había un vuelo directo que salía en la noche desde Los Angeles- no sé cómo sentirme al saber que buscó la información de mi viaje. -Vayamos, por tu madre al trabajo y la llevamos a comer- dijo emocionado. Asentí y caminamos en un silencio incómodo. -Debió haber sido un viaje cansado, son ¿qué? ¿12 horas de viaje?- pregunta intentando llenar el silencio.

-Algo así, duró poco más de trece horas, sin contar la espera, pero estaba demasiado ansioso para dormir, sin embargo, no hay nada que quiera más que verla- sonreí pensando en ella. -¿Y Hoseok? No he hablado con él en un tiempo, debe ser difícil para ti, con él estando tan ocupado- pregunté, marcando mis propios límites.

-Sí, pero vamos apresurate. En treinta minutos ella saldrá a su hora de comida- ignoró mi pregunta y me guió a su auto. Era una especie de camioneta. -Por cierto me gusta el cabello así, con ese largo, y ese look todo jeans, cuero y botas militares, te ves como un bad boy. Ahora realmente eres un international playboy- comenzó a molestar, recordando cuando era más joven. La incomodidad se iba yendo con sus bromas, y me di cuenta mientras me quejaba y me reía, que finalmente me sentía como en casa.

Vi el hospital al dar la vuelta. Ese lugar que alguna vez odie por quitarme a mi mamá durante tantas horas, se veía menos imponente. Taehyung me había contado que mi mamá recibía ahí el tratamiento de manera gratuita, seguía trabajando, pero unicamente hacía trabajo administrativo. Los nervios regresaron y no me di cuenta que estaba dañando mi pierna, hasta que Tae sujetó mi mano. Bajé la vista viendo a través del agujero de mi pantalón la herida.

-Tranquilo, estará feliz de verte- sus palabras me reconfortaron. Asentí y Taehyung estacionó su vehículo en el estacionamiento debajo del hospital. Me llevó emocionado hasta la oficina de mi madre. Tocó la puerta tres veces y cuando ella dio permiso abrió la puerta.

No soy un niño 🔞 KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora