Los Ojos De Un Angel

Lloriqueos

Alemania:¡PERÚ! –Le grito estando a unos metros-

El ángel llamado escucho su nombre en un tono familiar, en un tono meloso como triste deteniéndose en seguida, esa voz la conocía de algún lado, pero no recordaba aun de dónde. Giro curioso para ver quién era el que llamaba, viendo como como ese tricolor se acercaba a una gran velocidad. No hubo tiempo de hacer o decir algo, él ya estaba siendo envuelto en un fuerte abrazo

Perú: --Bufido-- ¿Tu de nuevo? ¡Suéltame, no tengo tiempo para lidiar contigo!

Puso sus manos en los hombros del alemán tratando de separarse, claramente Alemania no se lo permitió ejerciendo aún más fuerza en su abrazo. Para ese instante él ya estaba llorando por el reciente rechazo de su pequeño, sollozó triste por como Perú se apartaba del ¿Cuándo Perú le había rechazado un abrazo?

Perú: --Rueda los ojos-- ¿Otra vez estas llorando? Ya deja de llorar, me enferma tener que aguantar tus lloriqueos –Tratando de alejarse—

Alemania: Llorar está bien –Sollozo—Y más en la situación en la que estoy...estamos...metidos –Sollozo—

Tomo su mentón obligando a verlo, la mirada que Perú le daba era completamente fría y distante, Alemania se frustró más, pero no se rendiría pues él tenía la certeza que bajo esa capa de frialdad y por qué no decirlo, maldad, estaba ese pequeño ángel inocente y dulce le había robado el corazón tantos años atrás

Él sabía que Peru,su Perú estaba aún ahí

Peru;¿Vas a soltarme o prefieres que te golp-mgh ~

Unió sus labios en un beso cariñoso y dulce, un beso inocente y sin una pisca de lujuria o segundas intenciones. Lo besaba con cuidado, sin querer hacerle daño. Lo beso con una delicadeza y amor que solo Alemania podía proporcionarle

Se alejaron a los segundos, la mirada dorado oscuro del bicolor se quedó viendo el ojo celeste del alemán frente suyo, ninguno decía nada solo se veían

Pero...

Perú: ¿Ya vas a dejarme? –Alza una ceja-- No sé qué pretendes lograr con todo esto, pero lo que sea que busques de mí, no vas a encontrarlo

Pero ese dorado claro, su pequeño, el amor de su vida no volvieron