Solo

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El menor se levantó de la cama, traía en su rostro una pequeña y traviesa sonrisita satisfecho por la acción del soviético, tenía mordidas por los hombros y el cuello y un pequeño casi invisible moretón en el rostro. Eran las 12:00 a.m. y la "última ronda" a la que había accedido el ruso se terminó por alargar por otras 4 cuatro rondas mas

Perú:¡Mgh! –Se queja al pisar el suelo—Duele

El dolor en las caderas eran lo único que le molestaba físicamente o por lo menos, eso era lo único que aparentaba teniendo que suprimir sus ganas de llorar al nuevamente por haber perdido el control de su propio cuerpo, entregándoselo nuevamente sin control al soviético.

Y aunque quisiese llorar y alejarse del ruso escapando tan lejos como sus alas se lo permitiesen, él simplemente no podía hacerlo. Había aprendido que para sobrevivir en ese mundo y a la vez cuidar a Alemania del ruso, tenía que simplemente obedecerle, sonreírle, abrazarlo, decirle falsos pero creíbles "te amo"

Peru:--Lo ve de reojo-- ¿No iras a la ciudad?

Vio por el rabillo del ojo como la respiración del tricolor era acelerada, estaba tendido en la cama, totalmente agotado

Rusia: Ve solo –Dice—Quiero recomponer energías –Pide—Quizás luego te alcance allá

El menor se dio la vuelta sonriéndole con ternura, acercándose a la cama besando con delicadeza sus labios

Rusia: Pórtate bien Perú –Dice en un susurro cerca de sus labios—Diviértete --Sonríe de lado—

Perú podía ser impecable en su actuación para hacerle creer que el en verdad lo quería y amaba, pero, aun así, Rusia, muy para sus adentros sabía que no era verdad. Sabía que, en realidad, Perú no lo amaba. Sabía que el pequeño bicolor aun soñaba con volver a ver al alemán, sabía que Perú no dejaría nunca de amar a Alemania pasase el tiempo que pasase, hiciera lo que hiciera

El menor se vistió rápido ignorando el dolor en sus caderas, tomo unas cuantas armas y salió de esa casa, comenzando con sus labores diarias: Crear más miedo

Disparaba desde el cielo tomando por sorpresa a los soldados humanos quienes hicieron lo posible para esconderse, obviamente eso no funciono. Cada vez la habilidad del peruano era mejor, en parte Rusia tenía mucho que ver al ayudarle siempre con entrenamientos o consejos, Odiaba admitirlo, pero aun cuando mejorara inmensamente, nunca podría tan siquiera combatir con el soviético. La posibilidad de escapar y ser feliz cada vez parecía hacerse más lejana

Volaba buscando algún sobreviviente, no encontró nada

Peru: Aburrido –Suspira guardando sus armas—

Decidió meterse en el bosque, sabía que le dolería recordar al dulce alemán y sus lindas sonrisas alegres. Sabía que para el momento lo que más daño le hacía eran los recuerdos de una antigua vida feliz pero al menos esos recuerdos aunque doliesen le recordarían por quien es que hacia todo esto, le recordarían a quien amaba

Vio a la distancia un cuerpo tendido, acostado como bolita. Saco un arma de corto alcance y descendió al suelo apuntándole a ese dormido cuerpo

Peru:¿Alemania? –Baja el arma dejando de apuntarle-- ¿Qué demonios haces solo? 

Los Ojos De Un Angel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora