Habían pasado semanas desde que _______________ se internó en el Santuario y comenzó a recuperarse. Por órdenes del Patriarca, los caballeros dorados tenían la responsabilidad de asegurarse de que la albina con puntas azabaches, no traspasara los límites de las doce casas; ya que podría ser de gran riesgo el que sintieran su cosmo y decidieran atacar con Athena débil mientras mantenía una barrera. También avisaron a Elías para que fuera algo parecido a "un guardaespaldas" para ______________.
—Buenos días, Albafica —saludó sonriendo amablemente al caballero. Estaba parado a la sombra de su casa, admirando su valle de rosas. En unos segundos, la figura femenina admiraba a su costado en silencio—. El día de hoy, las rosas están un poco inquietas —la volteó a ver curioso—. Algo me dice que —su mirada se ensombreció un poco, dando paso a tristeza y enojo—, las cosas están por ponerse complicadas.
—... Al parecer, tu conexión con las flores se está volviendo cada día, mejor —se adentró a su casa—. Me alegro por ti.
—Siéndote sincera —lo siguió por detrás—, creí que al ser la reencarnación de Perséfone, y tú un caballero rodeado de rosas venenosas, me tendrías que enseñar algunas cosas —se encogió de hombros—. Pero no fue así.
—Tienes un talento innato. No me sorprende que seas alguien vital en esta Guerra Santa.
—Estoy de acuerdo contigo, pero... —Recordó algo—. Oh, ¿y Elías? —giró a su alrededor buscando indicios del caballero de plata—. ¿No estaba conmigo? —murmuró en voz baja.
—Creo que Manigoldo y Kardia le están haciendo pasar un tiempo difícil —dijo Albafica recargándose en la pared, mientras cruzaba sus brazos y cerraba sus ojos—. Será mejor que vayas a verlo.
—¿Manigoldo y Kardia? ¿Otra vez? —suspiró negando cansada—. Es la tercera vez esta semana.
—Creo que cuando dijeron que te proclamaban como su hermana menor —abrió sus ojos y los posó en ella—, hablaban en serio.
—Nunca creí que les caería bien...
—A todos nos caes bien, _______________ —exhaló con un poco de brusquedad—. Pero eso no cambia el hecho de que seamos precavidos, tú siendo la reencarnación de la esposa de nuestro enemigo.
—Comprendo —ignoró el dolor que se hizo presente en su corazón. Semanas de buenos momentos, y no confiaban en ella plenamente. Entendía que fueran sigilosos porque era la reencarnación de Perséfone; sin embargo, ella les había comentado que Perséfone solo se manifestaba cuando ella se sentía cansada o fatigada. Mientras no lo hiciera, no corrían riesgo alguno. Les dijo que era capaz de mantenerla controlada, ¿acaso no confiaban en ella lo suficiente para hacer caso a sus palabras?—. Iré a buscar a Elías. Con permiso.
Se alejó con paso apresurado. El de cabellera azul cielo suspiró viendo a sus rosas, aún con los brazos cruzados.
—Se siente triste porque cree que no confiamos en ella —dijo sin despegar su vista de las flores—. ¿Por qué tenemos que seguir haciendo esto?
—Órdenes del Patriarca —dijo Shion saliendo de las sombras de la casa. Él tenía el semblante preocupado por el ánimo de _______________—. Quiere ver si, a pesar de la actitud de _______________-chan, puede mantener a raya a Perséfone.
—Lo ha hecho durante 3 semanas, ¿no es suficiente? —arrugó su entrecejo mientras apretaba su puño—. A ninguno de nosotros nos gusta tratarla de esta manera. ¿Y si por hacer esto ella pierde el control? ¿Porque le estamos dando un peso más?
—... — desvió la mirada a las rosas, que con ayuda de la chica: cuidaron, regaron y crecieron—. Solo sigamos las órdenes del Patriarca por ahora.
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Perséfone -SUBIENDO-
Fanfiction-Tú eres mi mundo, así que no me molestaría reducir en cenizas todo lo demás. ¿Te gusta la mitología griega? Si es así, seguramente debes conocer el cuento de Hades y Perséfone. En esta historia, una Guerra Santa que se ha llevado por siglos, con...