Freya Adams.
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Apoye mi cabeza en el vidrio de la ventana del autobús, mientras sonaba Drivers License en mis audífonos inalámbricos, la canción era tan lenta y a la vez me traía recuerdos que era mejor de dejarlos fuera de mi mente.
Pero cada vez se hacían más presentes, cada vez los recordaban y me traían esos momentos de torpeza, de la niña que antes era, la que creía en las promesas y creía que estaba haciendo un bien cuando en realidad estaba cometiendo lo prohibido, lo irracional, el peor pecado.
Es como si mi música estuviera en contra mío, porque me traían esos ojos verdosos de nuevo, me recordaba aquellos labios carnosos rosados, su mandíbula marcada a pesar de tan solo ser tan pequeños los dos.
Y pensar que solo pasaron años pero ahí estaba, viajando, escuchando la canción que encogía mi corazón y a pesar de querer cambiarla, no podía moverme, solo mirar el paisaje que pasaba frente a mí, escuchando lo que decía.
Mi teléfono vibra y miro la notificación, una pequeña sonrisa se asoma a mis labios al ver a mi chico Galaxia, pero mi embrujada playlist me suena Angels like you, ruedo los ojos y no le contesto su mensaje.
El juego del escondido entre dos personas es divertido en un tiempo determinado, cuando se ven sin que nadie lo sepa, se besan y te fundís con su piel, pero ese juego de los amantes cansa cuando tu sola eres la que quiere revelar al mundo lo que está pasando, excepto el…
A veces creo que soy yo la del problema, porque yo inicio este juego de amantes cuando sé que por dentro que quiero gritar a los cuatro vientos que estoy con esa persona, pero mi propio juego, con mis reglas, son los que me juegan en contra.
Porque es como aquel FuckBoy, que dice “Es solo un juego”, “Amigos con derechos”, “Nada de celos, ninguna emoción, solo sexo”, pero tú y yo sabemos que esos juegos los hacen porque no te animas a dar ese pasó a la relación.
Tienes miedo de enamorarte, de caer en lo bajo por esa persona cuando sabes por dentro que ya caíste, y solo es cuestión de tiempo para que quieras que esa persona se dé cuenta de que esto no es solo Sexo, que es Amor, que la amas y que quieres estar con esa persona hasta que el tiempo se lleve a uno con su: “Hasta aquí”. Me puse de pie y me fui hasta la puerta esperando a que llegue a la esquina para bajarme.
Saco mi teléfono del bolsillo y busco otra lista que me subiera el ánimo, lo guardo esperando que dé comienzo a la canción aleatoria y comienza a sonar Psycho de Mía Rodríguez, me encogí de hombros, bueno algo es algo, camino con mis manos en los bolsillos yendo a la peluquería de la tía de Addison.
Habían pasado cuatro días de la discusión que tuvo en mi casa con Cayden, y la verdad, es algo que no me gustaría recordar ahora, ver a mi amiga destrozada por querer saber si fue lo suficiente para un chico y que él no responda nada, y solo se limite a irse.
Hay algo de razón cuando dicen que nunca debemos chequear el teléfono de nuestra pareja, porque el que busca algo, siempre lo encontrara, y te tragas aquel sabor agridulce, porque al menos eres consciente de alguna infidelidad pero a la vez el dolor de saber que la persona que amas, esta con otra persona.
Me quito un audífono y suelto una risa nasal al ver a Madison bailar como en los 60, con las manos arriba, moviendo tu cabeza ligeramente y torso lentamente dejándote llevar por el ritmo de Fire for you, entro a la peluquería y la copio, ella se da vuelta cuando al cerrar la puerta con el pie la campanilla suena y se ríe al verme bailar lentamente, estira su mano tomando la mía y bailamos ambas lentamente.
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Clandestino (+21)
Teen Fiction>>Es incorrecto>Es Irracional>Estas Pecando>Te arrepentirás<<. Hablo cuando nuestros cuerpos sudados cayeron de espalda en la cama, extasiados por el sexo. Era un Gusto Culposo. Era un Juego Prohibido. Era un Perverso Deseo. Era Irracional... nos...