Capítulo 7

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-Bendice señor la comida de este maravilloso cliente – fue lo que Xenovia dijo luego de entregar un plato de comida.

Dos días habían pasado desde que ella llegó y hasta ahora había escuchado al menos diez variantes de la misma frase, como era la nueva y no tenía dinero fui yo el que le compró ropa normal para cuando saliera a la calle y el traje de camarera que se encontraba usando en este momento, cabe decir que fue más barato de lo que me esperaba en un principio, todavía seguía teniendo siete dígitos en mi cuenta bancaria, pero las tasas de interés eran algo que empezaba a hacer que me cuestionara el usar la tarjeta de crédito, tal vez la cambie por una débito, haber si dejan de cobrarme los avariciosos banqueros.

-Parece buena en su trabajo – Kuroka dijo parada a mi lado con una sonrisa tranquila.

-Le cae bien a los clientes, además, el siempre bendecir la comida parece atraer más la atención del público masculino y los niños.

-Y tú atraes a las mujeres, el perfecto equilibrio – ella dijo de manera burlona, sacándome un suspiro cansado.

-Sabes que no lo hago aposta, ni siquiera sé que hago para que eso ocurra.

-Lo mismo que con la chica Shion, la tal Amaru, la que salvó tu vida una vez, Ryuzetsu y muchas otras cuyo nombre no recuerdo.

-Ahhh, supongo que será mejor que no hablemos más sobre eso, estas haciendo que recuerde que fui bastante idiota.

-Fufufu, bueno, vamos a trabajar, tenemos clientes que atender.

El día iba bastante tranquilo, las personas comían con tranquilidad y las charlas parecían amenas, los clientes también estaban contentos con la atención que Xenovia les brindaba, su llegada incluso trajo la llegada de nuevos clientes de la iglesia, los cuales parecían bastante contentos con el hecho de que en el restaurante aceptáramos su religión, no es como si realmente me importara, los que se encuentran dentro del edificio aceptan todo lo sobrenatural, por lo que agregarse a los católicos no era un gran problema.

-Blasfemo ¿cómo te atreves a hablar mal del señor? – ese era el problema.

- ¿Eh? Simplemente dije que no creo que el dios bíblico – un hombre le contesto al sacerdote.

-Por favor, ustedes dos paren o me veré en la obligación de sacarlos a la fuerza – exclame dejando ver mis nueve colas – en este lugar respetaran lo que el otro piense, además solo vienen a comer, beber y pasar un rato agradable.

-Un kyubi – el sacerdote dijo con obvio miedo.

-Si va a seguir las normas de ética del establecimiento no deberá tener miedo de nada.

-Señor sacerdote, los católicos respetamos las opiniones de los demás – Xenovia exclamo mostrando una sonrisa calmada mientras invitaba al sujeto a volver a sentarse.

-Eso salió mejor de lo que pensé.

-Verdad, aunque ahora que dijiste eso quiero mantener tranquilo este lugar – la peliazul dijo con una sonrisa tranquila.

-Entonces cuento contigo para hacer de este lugar uno calmado.

La gente luego de ese incidente volvieron a comer, beber y hablar de manera amena, tanto que ni siquiera notaron la llegada de un hombre de cabello castaño con mechones rubios en la parte delantera de su cabello, simplemente vi como Xenovia lo atendía, sirviéndole un copa de sake, la cual comenzó a tomar como si estuviera probando la mejor bebida del mundo, se trata de un ángel caído, su poder superior al del tal Kokabiel, hasta el punto en que parecía capaz de rivalizar con un maou, bueno, no es como si en realidad importe la presencia de Azazel.

El kyubi más poderosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora