Capítulo 3

6.4K 439 20
                                    


No hubo respuesta de los clones, ninguno de ellos había sido capaz de encontrar a Shirone, así que la única opción que me quedaba teniendo la esperanza de que siguiera viva es que siguiera en el inframundo, ya sea escondida, sobreviviendo por su cuenta o en la nobleza de algún demonio, esto estaba siendo más complicado de lo que pensaba y mantener a Kuroka dormida no era una buena opción, si por alguna razón si entera que no soy capaz de encontrar a la pequeña nekoshou entrará en pánico, algo que no podía ser bueno en su situación actual, piensa, maldita sea, debe haber algo que sea capaz de hacer.

Se supone que nos encontramos en Japón, la idea era ir a Kioto por si daba la casualidad que ella hubiera logrado escapar y llegar aquí de alguna manera, este sería el lugar donde la aceptarían sin ninguna condición, le abrirían puertas y por lo poco que he interactuado con sus habitantes, con los yokai, son bastante amables en general, aunque parecen tener un ligero odio por los demonios, ángeles caídos y ángeles como si algo hubiera sucedido en el pasado entre estas razas, me pregunto que pudo haber desencadena ese odio, en el caso de los demonios es simple, los quieren como sus pequeñas mascotas, sin embargo, me faltan los otros dos.

- ¿Descansaste bien? – pregunte luego de notar que Kuroka se estaba despertando.

-Sí, de alguna forma dormir en tu pecho resulto relajante.

-Gracias por el cumplido.

- ¿Dónde estamos?

-En Kioto, la capital de los yokai.

- ¿Lograste sentir el chakra de Shirone?

-No, ella no esta aquí, además tienen una barrera que les dice la entrada de cualquier extraño que es capaz de utilizar chakra y/o magia.

-Me tomarían como una traidora por tener una evil piece.

-No estoy tan seguro de eso, pero prefiero evitar, no quiero que te ataquen.

- ¿Qué hay de los demás lugares?

-Mis clones están buscando en los demás continentes, son al menos un millón de ellos, pero no creo que encuentren algo rápido, así que también debemos buscar.

Ella simplemente asintió mientras se ponía de pie mirando hacía la lejanía, parecía bastante preocupada y arrepentida, se que le dije que me contará lo que ocurrió entre medias, pero había visto parte de sus recuerdos, la manera en la que tuvo que sobrevivir contra la mayoría de las facciones, sobre todo los demonios, todos la cazaban por ser una criminal y ni siquiera sabían cual había sido la verdadera historia, terminaron por hacer que sus manos quedaran manchadas de verdad, incluso hicieron que odiara su propio ser, al menos una parte de ella.

-Vamos, hay otras ciudades en las que buscar, estoy seguro de que está cerca.

Mentir para proteger la mente y corazón de otra persona, me pregunto cuantas veces me mintieron antes, el ejemplo perfecto sería el caso de Ryuzetsu, murió y no me enteré de eso sino muy tarde, cuando no podía hacer nada, lo que lo hace peor es que murió para permitirme vivir, no tengo nada en contra de su sacrificio, pero estoy seguro que habían otras formas, ahora, dejando de lado el pasado, no me di cuenta en qué momento decidí tomar la mano de Kuroka y caminar en otra dirección con ella, por un instante creí escuchar que fuera hacia el oriente, fue un poco extraño, aun así, decidí obedecer.

Estuvimos caminando durante una semana, este territorio estaba vigilado por demonios y no era la mejor de las ideas ir volando, sobre todo cuando Kuroka era perseguida, no es que importe en realidad, si alguien intenta hacerle daño me desharé de ese ser, no importa si es humano, demonio o ángel, incluso me enfrentaría a Dios si estuviera vivo, aunque viendo que fui capaz de luchar con uno de los dos seres más poderosos de este mundo casi de igual a igual, no creo que ese sujeto hubiera sido un problema para mí, sentí un ligero dolor en mi cabeza cuando pensé eso último, provocando que tuviera que colocar una mano en mi rostro mientras me concentraba en mi chakra para curar el dolor.

El kyubi más poderosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora