❛ el hombre que deseó ser padre 。❜ Bungou stray dogs

❛ capitulo 8 。❜

Estaba nervioso. Estaba ansioso. Estaba contento. Tenía miedo.
Simplemente, un sin fin de emociones, pero sobre todo, quería llorar.

Atsushi no estaba mejorando. La última vez su fiebre había empeorado, llevándole al punto donde su cabeza no pudo resistir más y provocó una convulsión.
El infante había despertado por fin luego de una noche donde el albino mayor sufrió sin poder dormir; totalmente sonriente e intentando ocultar todo. Shibuzawa no comprendía el porqué, simplemente ¿Porqué? Estaba bien, presentaba cambios en su actitud que eran buena señal ¿Porqué?
A la tarde, casi noche, sólo se pudo escuchar un fuerte sonido sordo de parte de la habitación del menor. Tatsuhiko, alarmado no pudo evitar revisar de dónde venía ese ruido, así que sin pensarlo dos veces fue hasta la habitación del menor.

Si no hubiese llegado a tiempo, no sabía qué es lo que hubiese ocurrido.

Atsushi había caído de la cama, la fiebre había provocado su colapso a tal punto de dejarle noqueado.

Suspiró y se restregó los ojos, estaba agotado. Además de pensar en la salud del menor, debía pensar en el orfanato. Por fin tenían pruebas. Por fin habían denunciado. Por fin estaban accediendo a derrumbar ese lugar.
No sería trabajo fácil, ahora es cuando se avecinaba el trabajo más pesado: las audiencias, donde cada quien contrataría a un abogado, debían buscar testigos, presentar pruebas y llegar a una conclusión. Lastimosamente, no era sólo una, eran varias. En una verían el caso de los niños, en otra las condiciones del establecimiento, otra en la situación, y la última definirá el futuro de todo. Lucharía por la custodia de ese niño de forma legal y lo conseguirá, estaba seguro.

──── ¿S-señor ojos rojos? ──── la débil voz de Atsushi llamó la atención de Shibuzawa, desapareciendo cualquier pensamiento y enfocándose sólo en él.

No pudo evitar darle un pequeño beso en la cabecita ──── estás despierto ──── dejó escapar el aire que por alguna razón llevaba conteniendo ────. Estás bien, me alegra verte bien...

Bajó la mirada ──── l-lamento preocuparle, no ocurrirá... De nuevo...

──── lo importante es que estás despierto. Por favor, manténte así ──── tomó suavemente sus manitos y le sonrió con cariño.

Atsushi no pudo evitar notar el cansancio del contrario ──── ¿Se encuentra usted bien? Esas cosas bajo sus ojos ¿Es normal? ──── cuestionó de manera inocente.

Estaba exhausto, quería dormir, sin embargo ──── estoy bien, pequeño Atsushi. Es normal, no pasará a peores.

Sonrió y llevó una de sus pequeña manos hacia la mejilla de Tatsuhiko ──── estoy feliz de escuchar eso.

Posó su mano sobre la más pequeña, acariciándola con sumo cuidado y cariño. Apreciaba a éste niño, lo quería demasiado. No podía permitirse perderlo por un descuido, iba a hacer todo lo posible para salvarlo, para curarlo, para cuidarlo. Observó al menor hasta que se volvió a quedar dormido.
Verle ahí, sobre una camilla, conectado a varias máquinas sólo para sobrellevar su fiebre, era una sensación tan inquietante, una sensación desesperante. Las mismas palabras se repetían en su mente al verle así, una y otra vez, su cerebro sólo podía repetir un muy triste: no te vayas.

Soltó su mano y se puso de pie. Debía hacer algunos chequeos.

──── descansa, pequeño Atsushi.

Iiih hoy subiré dos seguidos porque quiero y puedo wuu