Te sigo esperando en la misma casa donde un día te conocí.
Te sigo esperando con los labios resecos por la calor, necesito que los mojes con tu amor.
Te sigo esperando en la puerta que tantas veces nos vio salir a aventurarnos al fin del mundo, a conquistar las fronteras de nuestras almas, a mirarnos como si no existiese un mañana.
Te sigo esperando aqui, en un corazón dividido en dos, en las esquinas del pecado y en el fondo de las heridas, donde no llega el sol ni la vida.
Te sigo esperando donde un día fuimos felices.
Te sigo esperando con ansias, con amor y deseo... Y te esperare toda la vida, sufrire por ello, pero es normal, el desamor duele, aunque no tanto como mi muerte
Te esperé a que llegaras a que me dijeses que todo estaría bien, a ayudarme a entender que ya no me amabas.En ese momento te recordé mi corazón se sintió en el pecho al agitarse la respiración por los besos y caricias que un día me regalaste.
Te esperé y nunca volviste, desapareciste como el viento que recorre los bosques en el frio más extremo, en la oscuridad de mis silencios en la penumbra de mis sueños.
Y te busqué. Te busqué sin indicios, por donde nunca caminaste, allí donde jamás me amaste.
Te busqué en las canciones que nunca escuchaste, te busqué en mis pensamientos involutanriamente y aunque vagamente te encontré no eras más que percusión, el sonido del pasado, el sonido del dolor que solo sabía sufrir en el silencio por tu amor.
Te busqué sin darme cuenta, en la oscuridad más errante y en el destello más brillante, en ese lugar te busqué por amor.
Te perdí, te perdí en mis memorias, te perdí en mi futuro, nunca más te encontré, ni te divisé.
Fuiste solo un momento y como aquel breve segundo, desapareciste de mi alma... para siempre.