capitulo 2

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Exasperante

Ese podría ser el adjetivo que definía a Jake Anderson a la perfección. Aunque perfectamente podría utilizar más. Muchos más. Y, os aseguro que no serían bonitos.

Me levante de la cama de golpe, para poder perseguirlo hacia la habitación en donde se había metido.

Mala idea.

-¿Te podrías poner algo encima?- pregunte horrorizada ante la imagen que veía.

Tenía a Anderson semidesnudo delante de mis narices. ¿Como alguien podía estar tan bueno y ser tan idiota a la vez?

-Uhm...podría pero estoy en mi casa, además creo que la que se tendría que poner algo encima eres tú, dulzura - dijo con una sonrisa pícara.

-¿Qué?- pregunte a la vez que miraba mi ropa- ¡JODER!-chille mientras me bajaba la camiseta que únicamente llevaba puesta.

Me tire sobre él- literalmente- juntando mis manos para ponerlas sobre sus ojos.

Mala idea de nuevo.

Al inclinarme tropecé con algo, cayendo así sobre él, con la camiseta subida hasta el abdomen y su pecho contra mi pecho.

-¡BRUTAA!- exclamó mientras se llevaba la mano a la cabeza, claramente dolorido.

-¡CIERRA LOS OJOS PERVERTIDOO!-grite a todo pulmón.

-Joder, ¡no grites mas Brooke!- dijo mientras yo me inclinaba para sentarme-a horcajadas de él- y en el acto el ponía sus manos en mi cintura al descubierto.

Me quede paralizada de nuevo, al igual que él.

Ahora que lo tenia más cerca podría detallar a la perfección su rostro. Sus pestañas largas hacían contaste perfecto con su pequeña nariz, su barbilla marcada y los mechones negros que seguían pegados a su frente, pero lo más alucinante fueron esos hoyuelos que le habían salido al sonreír.

¿Hoyuelos?¿Está sonriendo?

-¿Otra vez comiéndome con la mirada, eh?- pregunto en tono burlón.

Fue cuando salí de mi lapsus mental y con movimientos torpes intente apartar sus manos.

-Quítalas, ¡pervertidoo!- dije mientras me retorcía.

-QUE NO GRITES

-QUE NO ESTOY GRITANDO

-SAL DE ENCIMA MÍA- grito de nuevo mientras usaba su agarre en mi cintura para tirarme hacia un lado.

-imbecil...MIERDAA.

Al intentar retirarme, caí bruscamente contra el suelo, haciendo así que mi codo se estrellase contra este.

-Te jodes, por invadir mi espacio personal

-¿Qué yo qué? Si has sido tú, ¡pervertido!

-Yo no soy el que me come con la mirada, Brooke.

En el fondo tenía un poquito de razón, perooo ¿el orgullo gana a la razón, no?

-Puff, clarooo como están taannn buenooo.

-¿Enserio, Brooke?- pregunto enarcando una ceja

-Ñeh, ahora cierra el pico y dime que paso a noche.

-¿Otra vez? Ya te dije que no te pienso decir nada- dijo de nuevo mientras se levantaba.

Al principio supuse que se iría de nuevo, pero descarte esa idea al ver que se ponía a buscar algo entre el armario.

-Toma ponte esto.

Dejando mi orgullo a un lado, cogí el pantalón de chándal gris que me tendía, y me lo puse cuidadosamente para que no se me subiese la camiseta.

-No te lo voy a repetir otra vez más. ¿Qué paso a noche?

Ya apenas me quedaba paciencia para seguir discutiendo sobre algo más. Así que, me lo decía a las buenas o a las malas.

-Eres pesada ¿eh?- lo mire mientras subía ambas cejas con clara molestia- está biennn, resumiendo, fuiste a una fiesta, te emborrachaste, tu amiga te dejo sola y lo que paso después básicamente es que me potaste encima y luego te desmayaste ¿contenta?.

¿Qué? ¿yo, borracha? ¿qué amiga?

No me acordaba de nada, pero yo nunca habría hecho eso, ¿no?

Pequeñas notas de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora