Untitled Part 10

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Elsa sabía que todo estaba mal, muy, muy mal.

La habían llevado a una habitación de aspecto estéril y limpio, la habían atado a una camilla y sin perder un solo segundo, Ataron una correa alrededor de su boca, lo suficientemente grueso para mantener sus dientes separados, con la lengua pegada a la mandíbula inferior.

Una mujer de baja estatura y cuerpo delgado se acercó a ella, con las manos enguantadas y el rostro cubierto con una mascarilla, sosteniendo una jeringa con un líquido dorado en el interior.

La mujer había golpeado la jeringa contra el muslo de Elsa como si se tratara de una dosis de adrenalina. Elsa juró que la aguja tocó el hueso de su muslo, y cuando el líquido comenzó a ser bombeado en su cuerpo, era como si el líquido dorado, no fuera más que acido corriendo en su sistema.

Elsa no pudo evitar gritar, comenzó a convulsionar violentamente. Arqueó la espalda y tiró de las correas, sintiendo como cada célula de su cuerpo parecía retorcerse de agonía, las lágrimas no tardaron en llegar, empañando su vista de las luces blancas y brillantes sobre su cabeza.

Su cuerpo comenzó a destellar, como si se tratara de una vieja película de cinta.

"Retroceda" Advirtió una voz autoritaria. "Esperemos a que el efecto de reacción pase." Elsa no sabía si el resto de hombres y mujeres respondieron, ella no podía escuchar más allá de su sangre bombeando en los oídos y sus propios gritos amortiguados por la banda en su boca que evitaba que mordiera su lengua.

El efecto tal vez duró cinco minutos, pero Elsa lo sintió como una eternidad. Al final, su cuerpo simplemente se estremeció, como alguien que tenía frio en invierno.

Los músculos de su cuerpo se tensaron y relajaron constantemente.

"Adelante" Dijo la misma voz. Ante su mando, todos comenzaron a moverse con un propósito. Comenzaron a incrustar agujas sobre los brazos de Elsa, moviendo el cabello de Elsa para exponer su cuello y continuar pinchando su piel.

Elsa no tenía fuerzas para luchar, dios sabe que no podía obligar a un musculo en específico moverse. Era como si su cerebro estuviera sufriendo un corto circuito, enviando energía en todas direcciones y en pequeñas cantidades.

"Q-que..." Tartamudeó Elsa con la voz apagada detrás de la mordaza. Uno de los hombres parecía entender lo que Elsa deseaba decir, la miró brevemente, y luego sobre su hombro, lanzándole una mirada fugas al hombre de aspecto severo detrás de él.

"Evita que puedas saltar" Susurró el hombre rápidamente sin detenerse en sus tareas. Elsa no sabía por qué había respondido, claro, ella había intentado hacer una pregunta, pero sinceramente, nunca esperó que alguien la escuchara o incluso intentara responder.

"Hoy es un día especial para la humanidad" Dijo el mismo hombre. "Una nueva oportunidad para redimir nuestros errores, compañeros" Elsa giró la cabeza lentamente, parpadeando un par de veces para aclarar su vista. El hombre ya la estaba mirando directamente a los ojos. Tenía las manos detrás de la espalda, con una estatura pequeña que intentaba hacer más alta enderezando su espalda. Los ojos redondos brillaron con fascinación detrás de sus gafas redondas, y en la tarjeta que colgaba del bolsillo izquierdo de su bata blanca, Elsa leyó su nombre.

'Dr. Duque.'

"Señorita, quiero hacerle saber desde lo profundo de mi corazón, lo agradecido que estoy con su sacrifico por la ciencia" El hombre inclinó su cabeza con un suave asentimiento. Enderezó su espalda, con un ligero rebote en la punta de sus pies.

"Hay tantas teorías sobre las personas de... su clase" Comenzó "Pero desde luego, algunas de esas teorías, tienen bastante peso detrás de ellas, no puedo evitar creerlas, y si bien me han señalado como un hombre loco, quiero tranquilizar sus inquietudes desde ahora y, hacerle saber que, se encuentra en buenas manos."

Jumper (Elsanna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora