Capítulo 8
"Recuerda este lugar. Puedes venir aquí cuando quieras. Está alejado de la civilización. Dudo que alguien pueda venir aquí." Dijo Anna después de aterrizar en alguna parte de algún bosque y un campo lo suficientemente limpio y despejado para que funcionara como un campo de tiro improvisado.
Elsa calló sobre sus manos y rodillas con el repentino aterrizaje. Tenía la respiración agitada y se negaba abrir los ojos cuando aún podía sentir el mundo retorcerse y romperse a causa del salto instantáneo e improvisado de Anna. Le tomó unos segundos poder enderezarse lentamente, respirando con cuidado para evitar vomitar sus entrañas.
"Mejor ten cuidado con los osos. Pueden ser bastante desvergonzados y acercarse demasiado." Elsa frunció el ceño, eructó en voz alta y luego se atragantó cuando sintió la bilis subiendo por su garganta, amarga y desagradable antes de tragarla nuevamente junto con su almuerzo.
"Estás escuchando?" Preguntó la pelirroja con un toque de irritación y exasperación. Elsa asintió, recordando algo sobre osos y tener cuidado. Lentamente comenzó a enderezarse, primero en una rodilla, y luego de pie completamente. Vio a la pelirroja de pie junto a una mesa de plástico alargada justo debajo de un árbol. Elsa caminó los pocos pasos que le faltaban para llegar a la mesa.
Anna ya había sacado su pistola y la caja de munición. Ambas estaban alineadas una junto a la otra de forma ordenada.
"Recarga" Anna asintió de forma distraída en dirección a la munición. Elsa se quitó la mochila, sacó su pistola y los dos cargadores extras, colocándoles sobre la mesa, vio a Anna recoger uno de ellos, abrió la tapa de cartón de la munición y comenzó a poner una por una las balas romas doradas.
Elsa siguió su ejemplo, maldiciendo en voz baja cuando se pellizcó un par de veces. Pero luego de una larga lista de maldiciones murmuradas, finalmente había terminado.
Ahora, ahí estaba, de pie en un campo abierto con un grupo de diez hojalatas frente a ella a una distancia de al menos diez metros. Había sol. Un sol caliente y abrazador, la clase de sol que prefieres evitar y buscar refugio en un lugar fresco. Elsa había comenzado a sudar. Deslizándose desde su cabello, y no pudo evitar pensar que así era como se sentía un helado derritiéndose.
Anna no parecía perturbada por el calor. Se había quitado el abrigo, doblándolo sobre la mesa de plástico junto a su mochila. Se había arremangado las mangas largas de su playera, con las piernas ligeramente separadas mientras cruzaba los brazos y esperaba junto a Elsa.
"Puedes empezar a disparar ahora" Murmuró con un asentimiento de su barbilla a las hojalatas frente a ellas. Tenía su pistola en la funda dentro de la cintura de sus pantalones, su playera estaba atascada detrás de las cachas, permitiendo que el negro metal fuera completamente visible.
Elsa se lamió los labios secos, probando la sal del sudor en ellos. Miró a los objetivos pequeños y luego a la pelirroja junto a ella.
"N-no se supone que debo cubrir mis oídos? Para protegerme del ruido o algo? Tal vez un par de lentes? E visto en la televisión que se utiliza equipo de seguridad" Preguntó. Se arrepintió un segundo después cuando la cabeza de Anna se movió lentamente hacía ella con una mirada de incredulidad en sus ojos.
"Solo estoy bromeando!" Sonrió, y luego resopló una risa tonta mientras sostenía el arma con ambas manos "No es como si los malos me dieran la oportunidad de utilizar protectores en la vida real" Murmuró entre risas incomodas. Anna sonrió y luego asintió estando de acuerdo con Elsa.
"Muy bien, entonces. Hagamos esto!" Continuó con entusiasmo, intentando calmar su corazón acelerado y tener un poco de la confianza con la que había hablado. "Que tan difícil puede ser?"
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Jumper (Elsanna)
Ciencia FicciónElsa calló por accidente de un puente y descubre que es capaz de "teletransportarse" en cuestión de segundos. Ella había aparecido de forma instantánea en su patio trasero, a salvo de la muerte prematura. Descubrió que podía ir a cualquier parte del...