Detrás de la puerta

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Capítulo 7

La inquietud se había asentado en el estómago de Elsa desde aquella tarde en el restaurante. Era un sentimiento que no podía borrar de su cuerpo y con cada día que pasaba en compañía de Anna y Rapunzel, el sentimiento parecía crecer.

No podía evitar sentirse cautelosa. Si, ellas la habían salvado, y gracias a ellas, tenía un lugar seguro para estar, un lugar que le ofrecía refugio, comida, calor y a veces entretenimiento que espantaba el aburrimiento, en cierto modo, la habían vestido y cuidado. Elsa estaba agradecida, no era un imbécil desagradable, porque gracias a la extraña pareja, ella estaba vivía, y sin tener que preocuparse por el que hará mañana para sobrevivir.

El peligro la asechaba ahora, su vida estaba en juego, fuera de estas paredes desgastadas, Elsa podía ser atravesada por una bala en la cabeza solo porqué era diferente a otros seres humanos.

Nada nuevo...

Se podía decir que, Rapunzel, no había hecho nada extraño para que Elsa sospechara de ella. La castaña era amigable, creando conversaciones cada vez que estaban en solitario, Elsa pensaba que era más fácil hablar entre ellas cuando Anna no estaba alrededor. Rapunzel se encargó de nutrirla con el conocimiento del nuevo mundo en el cual parecía haber sido arrojada sin su consentimiento.

Pequeños consejos que Elsa sabía que podían ser de mucha ayuda para mantenerla con vida.

Rapunzel se había encargado de enumerárselos para ella.

"Evita los pueblos pequeños, puede ser un lugar tentador para ocultarse, apartados, lejos de las ciudades, Pero los pueblerinos pueden ser tan peligrosos como los Sabuesos. Si no se tiene cuidado y una muy buena historia de fondo, terminarán exponiéndote."

"Descargas eléctricas. Evítala como la peste." Dijo Rapunzel cuando estaban sentadas una noche en la mesa. "Sabes que las anclas están formadas mayormente de electricidad" Elsa asintió. " La anclas tienen una mayor energía que un bastón de shock, está diseñada para mantenernos en el sitio, Es como si nuestras células se volvieran locas, no podemos controlarlas, están entre... un lugar y otro, Es peligroso saltar cuando se tiene un ancla en nosotros, Elsa, tuviste mucha suerte cuando saltaste a tu casa esa vez, tu cuerpo, literalmente se pudo desgarrar, una parte de ti pudo quedarse en esa calle y la otra en el piso de tu casa..."

"Un bastón de shock no es tan fuerte como un ancla. Nos aturdirá como a cualquier humano, pero si eres astuta, puedes llegar a saltar nuevamente. Solo... ten cuidado. Es como nuestra Kriptonyta" sonrió.

La lista seguía y seguía, pero Elsa se había concentrado en esos dos más que los otros.

Las dos mujeres, no habían sido más que buenas con ella, y aun así... no podía evitar sentir los bellos erizarse cada vez que la miraban cuando pensaron que ella no se dio cuenta.

Era una mañana extraña donde tanto Rapunzel y Anna se había marchado alguna parte. Normalmente, una de ellas se quedaba con Elsa, la rubia prefería cuando Rapunzel se quedaba, ya que el tiempo parecía ir más rápido gracias a las conversaciones que tenían, mientras que, cuando Anna se quedaba, normalmente lo pasaba en su habitación, con la puerta cerrada y dejando a Elsa con un silencio sepulcral.

Hoy era diferente, la casa estaba extrañamente silenciosa y sola. Rapunzel le había dicho de manera distraída que volverían alrededor de las cuatro o cinco de la tarde.

"Te traeremos la cena" Le había dicho Rapunzel mientras le daba un abrazo, haciendo sentir a Elsa como un niño mientras sus padres se iban de casa y tal vez... no volverían.

Jumper (Elsanna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora