Jumper (Elsanna)

Sin título Parte 11

El cuerpo de Elsa había sido movido a una nueva habitación. La seguridad se había intensificado y los cables junto a las vacunas constantes, mantenían a la rubia en un letardo constante en el cual apena y podía respirar por su propia cuenta. Las pruebas habían aumentado, cortando aquí y allá como si se tratara de un simple filete de carne.

Ella no podía sentir con claridad el dolor con cada corte, pero ella sabía lo que le estaban haciendo cada vez que un grupo de esos hombres y mujeres entraban con sus batas blancas, sosteniendo entre sus manos una charola.

Ella quería gritar, quería maldecirlos y luchar, pero incluso la idea de seguirlos con su mirada, le resultaba agotador. Se limitó a llorar en silencio, derramando lagrimas saladas que alguno de los médicos recogió rápidamente en un pequeño tuvo como una posible muestra.

"Con toda honestidad, estamos listos para comenzar las pruebas nuevamente en humanos" Señaló el Dr. Duque. El hombre asintió, empujando los lentes con suavidad sobre su nariz. La Doctora asintió en silencio, sin estar completamente segura de las palabras de su colega. La idea de perder una nueva serie de sujetos la estresó hasta el punto de querer abofetear al hombre junto a ella.

"Muy bien!" El Dr. Duque asintió, miró al sequito detrás de ellos y asintió. Se acercó a la fila de camas. Sobre ellas había un total de veinticinco niños recostados inconscientes sobe las camas, volteados sobre sus estómagos. Todos y cada uno de ellos estaban atados de sus extremidades, con una máscara de oxígeno sobre sus rostros y un constante monitoreo de su corazón y actividad cerebral.

"Esta vez me siento confiado en mi trabajo, tendremos perdidas en el camino, pero al menos unos pocos sobrevivirán" Señaló el doctor mientras los ayudantes se acercaban a cada una de las camas, sosteniendo entre sus manos una jeringa con una larga aguja, dentro de sus barriles se removía un líquido rojizo y espeso.

"Pueden continuar" Ordenó el doctor, y bajo su orden, todos procedieron a inclinarse sobre los cuerpos de los niños, incrustando la aguja con un pulso impresionante sobre la espina dorsal de su cintura. Comenzaron a empujar el barril, adentrando el liquido en sus cuerpos lentamente, permitiendo que el líquido se adentrara.

Cuando terminaron, todos retrocedieron rápidamente, dejando un espacio entre los niños y ellos en caso de que algo salir mal. Ambos doctores se inclinaron sobre el cristal que los divida de la habitación, en busca de cualquier reacción, pero nada sucedió.

No de inmediato.

Poco a poco los monitores comenzaron a marcar alertas, indicando que la aceleración cardiaca estaba en aumento, sus cuerpos comenzaron a estremecerse de una manera violenta y solo las ataduras sobre sus extremidades los mantenían sobre las camas.

"Retrocedan!" Gritó la doctora cuando vio algunos intentar acercarse a los niños para sostenerlos y colocar nuevamente algunos de los cables que se habían soltado en el proceso. "Que nadie interfiera!" Ordenó nuevamente.

Ninguno de los niños gritó, no podían hacerlo, pero cada musculo y fibra de su cuerpo se estremeció y retorció con violencia.

La acción parecía durar para siempre, pero solo habían pasado dos minutos, y lentamente, uno a uno comenzó a detenerse, algunos incluso su corazón, marcando una simple línea en el monitor que se alargó con cada segundo que pasaban.

"Adelante!" Ordenó el Dr. Duque con desesperación. Los otros se movieron con rapidez y precisión, desatando a los pacientes y girándolos sobre su espalda, accediendo rápidamente al pecho para comenzar una reanimación.

La doctora los miró en silencio, viendo como el interior de la habitación se volvía un caos con cada segundo que pasaba.

"Marque esto como otro fracaso" Escupió mientras se daba la vuelta y salía de la habitación.