Prólogo

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Miami - Florida

Evan_

__ Cuídala... __ habló en un murmullo casi inaudible

Jhon estaba en el piso con una herida de bala en el pecho, de ésta salía un líquido rojo que se deslizaba por su pecho hasta llegar a su abdomen bajando al suelo de mármol haciéndo que esté se tornara del mismo color rojo. De su boca salía sangre y empezó a jalar la respiración con fuerza.

Yo estaba desesperado tratando de ayudarlo, las manos me temblaban y el olor a sangre me había causado náuseas, Jhon al verme angustiado tomo mi mano y la apretó fuertemente soltando un quejido

__ Tienes que protegerla

__ Señor, no entiendo ¿de qué habla?__ le miro desconcertado

__ Olivia... __ apretó los dientes hasta que se escuchara un crujido por parte de ellos.

__ ¿Olivia? __ miré fijamente sus ojos grisáceos

__ Mi hija __ dijo con dolor __ cuídala

__ Señor yo... __ bajé la mirada intentando hablar pero me interrumpió bruscamente

__ ¡Prometelo niño! __ alza la voz

__ Lo prometo, la cuidare como a mí propia vida.... Padre __ Susurré lo último antes de que los ojos grises de Jhon se cerraran para siempre

Sentí un nudo en mi garganta y estómago, las lágrimas luchaban por salir de mis ojos, pero no iba a llorar. No he derramado ni una sola lágrima desde que era tan solo un niño cuando mi padre me abandonó, si no lo hice en ese momento, menos lo haré ahora, pasé saliva y me levanté con lentitud del suelo con mis ojos puestos en el cuerpo sin vida de la única persona a la que le importe, que se preocupó por mi, de quién  realmente era mi padre.
No lloraré

Llorar es para débiles.

Missouri

Olivia_

Ahí estaba yo. En una esquina de mi casa con las piernas pegadas a mi pecho rodeadas de mis brazos, mi pequeño cuerpo temblaba cada vez más cuando escuchaba los disparos afuera de mi casa, de pronto levanté la vista a la ventana y ví a un gran grupo de hombres con traje negro y armas en sus manos, los latidos de mi corazón ya eran audibles y lágrimas salían de mis ojos sin cesar.

Eran las dos de la madrugada cuando aparecieron afuera de mi casa.

Escuché la puerta principal abrirse y ví entrar a dos hombres atravesar el umbral, el miedo se apoderó de mí haciendo que me acurrucara y me pegara más a la pared, los pasos se escuchaban más cerca y con temor de lo que fuese a suceder me levanté y corrí rápidamente subiendo las escaleras para entrar a la habitación más cercana, entré en ella y me metí en el armario

Solté un poco de aire pero inmediatamente se cortó cuando uno de los hombres entró en la habitación, puse ambas manos en mi boca y trate de que mi corazón se calmara pero era imposible, el hombre se acercaba más al armario y las ganas de gritar y de pedir ayuda no me faltaban, pero un agujero en el medio de mis cejas sería lo de menos, el hombre elevó su brazo derecho para abrir la puerta del armario y mis ojos casi se salen de su órbita

Estoy muerta

pero antes de que abriera la puerta, se escuchó una voz femenina en la planta baja

__ ¡No está la niña, ya vámonos!

El hombre se alejó y salió de la habitación dejándome en el armario temblando y sin poder respirar. Dejé salir un suspiro de alivio y salí del armario, abrí la puerta de la habitación lentamente y eché un vistazo para ver si se habían ido y sí.
No había nadie, salí de la habitación y corrí en puntillas a la mía, cerré la puerta tras de mí y dejé caer todo mi cuerpo tembloroso y delgado en la cama, enredé mi cuerpo en las sábanas hasta quedar como un sushi

¿Porque me buscaban? ¿Porque me querían a mi? ¿Querían hacerme daño? ¿Sacarme los órganos y venderlos? ¿Quién era aquella mujer? Solo tengo doce años ¿porque ellos querrían hacerme daño? O eso es lo más lógico, sé que no vinieron para tomar té y comer galletitas,
  Ellos vinieron por mi.

Un amor desconocido [SEMI EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora