T H E N O T H E S #7

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QUINTA PARTE

JIMIN AÑO 22
4 DE JULIO

(Parte 1)

Finalmente volví a mí cuando me lavé mi brazo toscamente con el agua. Sentía como si estuviera raspando la piel de mi brazo por la manera en la que estaba frotándolo. Mis manos estaban temblando. Mi respiración era inestable. Observé la sangre correr por mi brazo. Mis ojos estaban inyectados en sangre, los eventos que habían tenido lugar momentos antes volvían a mí en pequeños fragmentos.

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En cuestión de unos pocos segundos, mi concentración se rompió. Estaba practicando la coreografía que tenía que hacer en pareja con Noona que mi club de baile había organizado. Nuestros movimientos se enredaron y chocamos el uno con el otro. Me caí sobre mi brazo y éste empezó a sangrar. En ese momento, recordé ese día en el arboretum. Pensé que había superado ese día, pero ahora volvió. Supliqué posponer la práctica...

Tenía que correr lejos. Tenía que limpiarme. Tenía que esconderme.

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Cuando le devolví la mirada al pequeño niño en el espejo, todo lo que vi fue fue el niño de ocho años que corrió en la lluvia ese día en el arboretum. Y cuando me di cuenta , después de correr por preocuparme por mi propia lesión, Noona tambíen se había lastimado.

(Parte 2)

Cuando vuelvo para atender mi brazo, nadie estaba en la sala de práctica. Más allá de la puerta ligeramente abierta, podía ver la lluvia de afuera. Vislumbré rápidamente a Hoseok corriendo en la lluvia. Estaba empapado. Corro hasta él con un paraguas, pero me detuve en seco.

No había nada que pueda hacer ahora, todo lo que podría hacer era caerme y lastimarme. Todo lo que pude hacer fue herirme a mí mismo, a otros y solamente preocuparme por mí. Lentamente comencé a caminar por el camino contrario, gotas de agua mojaban mis zapatillas. Un auto pasó, los faros iluminaban mi camino.

No estaba bien.

No, estaba bien.

No me lastimé.

No fue ni un rasguño.

Realmente estaba bien.


HOSEOK AÑO 22
4 DE JULIO

Me quedé en el pasillo mientras ella estaba recibiendo primeros auxilios. A pesar de que era de noche, el pasillo del hospital estaba lleno de gente. El agua goteaba de mi pelo, mojado por el sudor y la lluvia. Dejé caer la mochila que le había quitado y de ella salieron muchos objetos. Algunas monedas, un bolígrafo y una toalla, pero entre todo ello había un boleto de avión, lo recogí y examiné.

En ese instante el médico me llamó. Me dijo que había sufrido una conmoción cerebral leve y que no me tenía que preocupar, al rato ella salió.

-¿Estás bien?-. Le pregunté. ella me contestó que sólo le dolía la cabeza y agarró su mochila.

Se dio cuenta de que que boleto de avión asomaba y me miró. Me cambié de hombro la mochila e hice como si nada hubiera sucedido.

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