Fate: Invocacion de acero

Capítulo 4: Espada

- Capítulo 4: Espada -

Arturia Pendragon estaba envuelta en oscuridad, sus manos firmemente envueltas alrededor de la empuñadura de su espada. El silencio rodeó su cuerpo, el aire viciado de la caverna era parecido al vidrio hilado en su frágil quietud.

El demonio pensó que era un peón, solo otra pieza para manipular en su pequeño tablero de ajedrez. Ella contuvo una risa. Si solo ... Si solo.

El tiempo había perdido todo significado, el día y la noche destruidos desde el momento en que fue liberada de sus grilletes. ¿Cuánto tiempo había pasado desde eso ...? Ella gruñó para sus adentros, realmente no importaba ahora, ¿verdad?

Sonidos de pasos, algunos silenciosos y otros no.

Sus ojos se abren de golpe. "Así que has venido."

Una chica de cabello color fuego , la Maestra, traga saliva levemente, aunque todavía logra hablar. "¡Sí! ¡Estamos aquí para patear traseros y tomar nombres! Y ... ¡y todos estamos sin nombres!"

Bravuconería o coraje ... ¿De verdad importaba? Todos los tontos murieron igual. "Hmm, ¿es así?"

El irritante Caster habla a continuación, la diversión clara en su voz. "No sé la redacción, pero la pequeña dama tiene razón. ¿Contra todos nosotros? Estás muerto como una mierda, Bitch King."

... Ella disfrutaría separando su lengua de su cuerpo. "Palabras audaces del perro cobarde que volvió la cola cuando vine por él".

Caster deja escapar una fuerte carcajada. "En circunstancias normales, estaría de acuerdo contigo al cien por cien. ¿Pero con lo que sea que esté pasando con esta Guerra del Grial? Arreglarlo ... arreglarlo es más importante que mi orgullo y mi deseo".

Ella levanta una ceja. A regañadientes, ella entendió un poco. El sacrificio era algo que conocía bien, en toda su inútil gloria. Que el bárbaro pudiera entender tal cosa, llamarla sorprendida sería venderlo corto.

Pero al final, nada cambió realmente con esta revelación. Moriría de cualquier manera.

Su espada se extrae suavemente de la tierra y se deja descansar libremente a su lado, incluso mientras su mirada se desplaza para mirar a los siguientes dos miembros de esta alegre banda.

El mago de cabello blanco representaba poca amenaza, a pesar de la encomiable mirada audaz que estaba dirigiendo. Ella podría ser la última en ocuparse. Ahora, el sirviente de pelo rosa por otro lado ...

Sus ojos se abren imperceptiblemente, mientras mira el escudo . Que interesante. "Ese escudo, ya ha fallado una vez, para personas mucho más grandes que uno como tú. ¿De verdad crees que una niña asustada puede hacerlo mejor que los héroes de antaño?"

La extraña Sirvienta se estremece de sorpresa, una mezcla de miedo y confusión escrita en su rostro. "¿Q-qué?"

Arturia frunce ligeramente el ceño.

El aire se enfría y la tierra tiembla, mientras deja escapar una fracción de su poder. Los Sirvientes se mueven incómodos, y los humanos convulsionan por completo, como la sensación de que algo muy grande y muy aterrador comienza a respirarles en la nuca.