𝐱𝐱𝐯𝐢.-𝐚𝐪𝐮𝐚𝐫𝐢𝐮𝐬

4.9K 574 1.1K
                                    






ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪsᴇ́ɪs

ᴘʀɪᴍᴇʀ







¿Es posible anhelar tanto a alguien, necesitarlo tanto pero odiarlo?
Odiar tanto pero todo lo que podrías querer es a esa persona, ella es algo que nunca he sabido de algo imposible de resistir.

¿Es odio o es amor? La anhelo cada día, cada noche, la necesito.

Casi creo que soy adicto a ella, tal vez ella es mía y sólo mía...

Quiero creer eso muy en el fondo.

Solo que yo no soy de ella

¿Es amor?

Terminó de escribí y cierro el cuaderno, comencé a escuchar notas en la sala común.

Era ella.

"Te adueñaste de mi piano, Rings."

"Creo que lo hice." Sonrió.



"Anda ven." Mencioné con todo el valor del mundo.

"De acuerdo, solo por que no tengo nada mejor que hacer." Mencionaste serio mientras tomabas asiento a mi lado.

"¿Quieres tocar algo?" Pregunte.

"Empieza tú."

He encontrado tanta belleza en la oscuridad como horrores en la luz. Lo quiero. Pero no es mío para amarlo. Es el único al que no puedo tocar. Y sin embargo, el único al que ansío tocar.

Sin previo aviso se unió a mi, juntos comenzamos a tocar el piano, sin vergüenza, sin odio, sin prejuicios.

Solo un par de almas rotas tocando un piano viejo en una sala común, desierta. Sonreí y no me importo, no podía dejar de hacerlo.

El era tan el..cuando hacía cosas que le gustaban, cuando no se sentía presionado.

"Vaya, somos buenos tocando el piano." Mencione riendo.

"Claro, yo hago la mejor parte."

"Oh claro que no!, yo también lo hago bien."

"Lo que digas Rose, ¿Otra o ya debes ir a dormir?"

"Oh claro que puedo tocar otra, ademas pansy está muy entretenida platicando con Astoria." Mencioné sin interés.

"¿Greengrass ?"

"Si" apreté mis labios en una fina línea. "¿Comienzo yo?"

"Oh..si claro." Mencionó.

"Bien." Comencé a tocar. "¿Qué hacías despierto a esta hora Draco? Luces cansado."

"No podía dormir, al parecer tú tampoco."

"Oh créeme que no, hace varios días que batallo para hacerlo."

"Yo igual."

Nos miramos y sonreímos para seguir tocando, las teclas se escuchaban en sincronía, ambos moviendo nuestras manos con rapidez pero con delicadeza.

Al llegar la parte suave de la canción, nuestras manos se rozaron, me tensé ante el tacto, Draco comenzó a reír en silencio.

Mi cara se torno de color carmesí,y mire a otro lado sin dejar de tocar, y de nuevo su mano se volvió a rozar como un pincel por la mía.

𝐅𝐨𝐫 𝐄𝐭𝐞𝐫𝐧𝐢𝐭𝐲, 𝗱𝗿𝗮𝗰𝗼 𝗺𝗮𝗹𝗳𝗼𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora