2 Soberbio

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Se encontraba recostado en su cama mientras comía unas frituras que había comprado esa tarde, su celular en mano mientras contestaba los mensajes de su amigo.

Se había pasado toda la mañana buscando qué ropa ponerse el día que Kim le diera las tutorías, sí, estaba demasiado ansioso por "el glorioso día".

Hoseok no había reaccionado muy bien ante aquella noticia, alegando que estaba siendo manipulado por su mayor ya que aseguraba que su profesor quería acostarse con él, pero Jimin, siendo Jimin, le respondió que él también quería eso.

También se había pasado el día maquillándose y subiendo fotos a sus redes sociales, ignorando los mensajes sugerentes de sus compañeros de clase, imbéciles.

- ¡Jimin, traje comida, baja a cenar!

El grito de su madre detuvo el puñado de frituras que se estaba por llevar a la boca y bajó las escaleras a regañadientes.

- Comida china, ew- mostró su desagrado al ver la comida servida.

- Mañana empiezo a trabajar en otro lugar donde me pagarán mejor, deja de quejarte y come.

- Todavía falta pagar el Internet, sino en dos días nos lo cortarán- mencionó Jimin mientras tomaba un vaso de agua.

Hana, la madre de Jimin, conocida por no tener paciencia, tiró con fuerza la revista que estaba viendo para enfrentarse a su hijo con su ceño fruncido- Al menos yo busco trabajo para mantenerte a ti y tú no haces nada más que encerrarte en tu habitación y sacarte fotos, ya te he dicho que traigas dinero a esta casa, no pienso seguir manteniendo a un maldito vago.

- Es tu deber mantenerme, tú me trajiste al mundo, yo no lo pedí, mi única obligación es estudiar ¿verdad? - Mencionó Jimin con un tono soberbio.

- Cada día eres más parecido al imbécil de tu madre, tan soberbio y egoísta, sólo te preocupas por ti- espetó Hana mientras expulsaba el humo del cigarrillo por la sala.

- En todo caso me parezco a ti, al menos papá fue inteligente al dejarte- el pelinegro se rió por lo bajo para luego irse rápidamente a su habitación. Sabía que lo que dijo enojaría a su madre, pero ya estaba harto, su mamá vivía quejándose de que Jimin no hacía nada, la agresión verbal aumentaba mientras crecía, al menos la agresión física se detuvo hace unos años, sólo Dios sabe el por qué, pero Jimin estaba agradecido por eso.

Jimin no tuvo una buena infancia, su madre era alcohólica y para hacer todo más dramático, también era drogadicta, un lindo ejemplo de madre.

Podría "entenderse" un poco su situación, Hana se embarazó a los dieciséis años, sin ayuda de sus padres y de su, en ese momento, novio para seguir adelante. El padre de Jimin iba y venía siempre, si ellos tenían dinero, él les robaba o discutían, a veces hasta se agredían físicamente.

Hana fue prostituta por un largo tiempo de su vida, sobreviviendo con un bebé en brazos con lo poco que tenía. Ella nunca quiso tenerlo, eso estaba claro, pero tampoco tenía las agallas para abandonarlo, la última opción era ser madre, una muy, pero muy mala madre.

Al no tenerse amor por ella misma o por los demás, se desquitaba con Jimin por el odio que le tenía a su vida. Un pequeño de sólo seis años sufriendo de ese modo. Permitiendo que sus novios tocaran a su hijo, permitiendo que lo agredan en la escuela, enseñándole a robar a los nueve años.

Jimin creció en un entorno muy oscuro, a tan corta edad ya había visto toda clase de drogas y alcohol, nadie se había preocupado por él, nadie lo veía, él simplemente estaba ahí existiendo.

Su pequeña existencia incluso seguía siendo molesta.

También había sido testigo de su madre llevando a casa a toda clase de hombre, cada vez eran peor, y él ya no se sorprendía, ni siquiera le importaba cómo iba a ser el siguiente.

Ya no le importaba nada.

Hoseok había sido un gran pilar en su vida, por eso era tan pegado a él. Jung era luz en su insignificante vida. Le mostraba que no todo era un día lluvioso, le había regalado risas y le había enseñado lo que era la amistad. También lo apoyó cuando fue a su casa por primera vez a hacer los deberes y pudo ver, en primera persona, el entorno en el que vivía el pequeño Jimin.

Jung era muy protector con su amigo por ese motivo, no quería que siga sufriendo, a pesar de que Jimin no mostrara tal dolor.

Era bueno escondiendo cosas.

Jimin tampoco conocía lo que era el amor en realidad, por eso nunca tuvo un novio, a pesar de ser muy solicitado, el crecer con una madre que sólo estaba con hombres por un polvo y al otro día ya no había nadie, explicaba mucho.

El no tener un padre presente tampoco ayudó en sus relaciones y sus gustos por los hombres mayores, el profesor Kim Taehyung es un claro ejemplo. No sabiendo quién era el hombre bueno y quién era el hombre malo, sólo tirándose al vacío y viendo que encontraba ahí.

Se quitó su sudadera y abrió la puerta entrando a su querido balcón, su lugar seguro, el lugar donde encontraba paz viendo las calles desoladas y un cielo estrellado. Se armó un porro y fumó todo lo que sus pulmones le permitieron, encontrando, a los minutos, esa tranquilidad que cada día al despertar añoraba.



Al despertar, no se sorprendió al verse a él mismo dormido sobre la reposera de su balcón, abrigado con la sudadera que la noche anterior se había quitado.

Debía prepararse para ir a la escuela, la única razón por la que no la había abandonado era porque, si la dejaba, su madre lo echaba de la casa.

Se puso unas medias de red junto una falda tableada amarilla, se admiraba en el espejo con una sonrisa, amaba verse bien, amaba que los demás se detuvieran para mirarlo, lo podrían llamar narcisista, pero a él le daba igual.

Fue hacia su teléfono cuando este sonó, mostrando que un nuevo mensaje le había llegado.

Número desconocido
Buenos días, Jimin, soy tu profesor, Taehyung. Quería decirte que te espero al finalizar tus clases a la vuelta de la escuela, te llevo en mi coche para comenzar las tutorías.

Don't phunk with my heart- Kookmin (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora