Capitulo 5

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Capitulo 5

04 de junio de 2009

Narra Harry

Nuevamente me despierto agitado y sudando, estaba harto de esta maldita pesadilla, estaba harto de despertar gritando el nombre de Elizabeth. Me senté en la cama mientras pasaba las manos por mi cara, eran tan solo las 2 de la madrugada y yo aún seguía levantándome de golpe por aquel sueño, más que una pesadilla era algo real, algo que no podía dejar de repetir mi subconsciente, restregándome en la cara que no tenía permitido olvidar. Mi mirada se vio atrapada por el moho que había en el techo de la habitación, era horrible el hedor que producía el lugar pero era lo mejor que había conseguido para vivir por unos días con el poco dinero que tenía a mi disposición, me seguí moviendo en la cama hasta que dieron las 5 de la mañana y decidí levantarme por completo para poder alistarme y así retomar mi camino. Escapar a veces no es la mejor opción, pero fue la mejor decisión en ese momento después de todo.

15 de enero de 2009

-Es la mejor que podemos hacer– decía Lia mientras caminaba de un lado para otro- decídete de una maldita vez Elizabeth

-Pero pero Harry – hablo Elizabeth entre sollozos- Harry es solo un niño –sorbiendo la nariz- mi madre me dijo que lo protegiera y mira a lo que hemos llegado.

-Basta de protegerme Lizzy – abrazándola- y cálmate Lía ella no es como nosotros – fulminándola con la mirada –

04 de junio de 2009

Sacudí mi cabeza lleno de nostalgia, era obvio que no debimos meterla en ese tipo de situación, todo era mi culpa y no había forma de solucionarlo, ya era demasiado tarde. El estómago me rugía, pero debía decidir entre comer o caminar y al lugar a donde me dirigía era bastante lejos y el hambre lo podía saciar aunque fuera escarbando en la basura de los restaurantes, tome mi mochila y emprendí camino. Después de varias horas me sentía agotado la sed y la falta de comida me estaban haciendo el camino largo y agotador decidí detenerme un momento en una de las tiendas de la calle y unos postres atraparon mi mirada y mi boca se hizo agua, me imagine el sabor de cada postre y no pude evitar acercarme para así admirarlos más de cerca.

-Me estas empañando el puto vidrio mendigo de mierda –arrojándome agua encima- lárgate antes de que lo próximo que te arroje sea mierda

-Ya cierre la estúpida boca –secándome la cara con la manga del ya empapado suéter que medio me protegía del frio o del fuerte sol-

-¡¡JA!!- acercándose furiosamente- Nadie me caya enfrente de mi tienda niño estúpido –abofeteándome-

Quería matarlo por golpearme, era la situación más estúpida en la que me había visto involucrado estando solo, limpie las gotas de sangre que había salido de mi labio, solté una carcajada estrepitosa provocando más al hombre y me levante dispuesto a poner la otra mejilla para alimentar mi furia pero antes de que me golpeara de nuevo, una figura conocida se interpuso entre nosotros.

-¡¡Ya déjelo en paz!! –furiosa- no le conviene

-Te lo juro, tú y tu maldita banda de drogadictos van a caer –señalándola mientras retrocedía-

-Y serás tú quien nos haga caer –negando con la cabeza, mientras torcía una sonrisa que causo que el hombre se estremeciera ante ella- es mejor que te entres a tu puta tienda antes de que le diga a mi banda de drogadictos que te la remodelen- escupiéndole los pies-

El hombre entro a la tienda hecho una furia, mientras maldecía a los aires. Unos ojos azules se posaron sobre mí, viéndome con curiosidad, igual que la última vez. Una sonrisa se plantó en sus labios mientras se acerca y sin más se abalanzo contra mí envolviéndome en un largo abrazo dejándome estático.

aprendiendo a matar -en Edición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora