Capitulo 3

74 8 2
                                    

Capítulo 3

14 de julio de 2008

Narra Harry

Esta era la primera vez que me alejaba tanto de Lía desde que nos conocimos por mi primera vez hace 7 años, esta era la primera vez que estaba seguro de que la necesitaba cerca, sentía que sin ella no tenía rumbo fijo, que solo era alguien tratando de flotar en un lago sin profundidad, no saber de ella me había vuelto más violento, cero tolerante e insensato. Todo lo que creía una exageración de parte de Lía lo estaba sintiendo ahora que no la tenía cerca, ella tenía razón cuando dijo que era por mi bien, ella tenía razón cuando dijo que debía seguir nuestras reglas, ella tenía razón cuando dijo que nuestros demonios solo salían a relucir cuando nos sentíamos atrapados, desolados, traicionados y abandonados y justo ahora yo me siento abandonado por ella. Había dejado de comer me había desviado de mis intereses personales, el ser el mejor en el instituto sin importar que, pero sin Lía no sentía la necesidad de ser el mejor, las peleas eran constantes y las cicatrices en mi rostro me había dado más razones para desquitarme con el mundo.

Había tomado el hábito de ir al orfanato y ver de lejos a Lía, la cual permanecía sola y distante de todo aquel que quisiera hablarle, era hermoso ver como su cabello brillaba con el sol y como sus mechones azules la hacía resaltar más, estaba feliz de que nadie más fuera cercano a ella porque sentía que era mía y que yo también le pertenecía, si alguien hubiera escuchado mis pensamientos me tacharían de loco, obsesivo y con problemas pero nunca me sentí así. Lía me había enseñado cierta parte perturbada de la vida y me gustaba en cierto modo porque yo era quien elegía lo que de verdad quisiera y aunque suene una desfachatez la muerte del pequeño Meliodas me había enseñado que Lía haría todo por mi bien y que yo debía hacer lo mismo hacer todo por ella sin importar que.

-¿Tú quién eres?

La voz detrás de mí me hizo sentir expuesto y odiaba esa sensación incluso más de lo que odiaba a mi padrastro, apreté fuerte la navaja que sostenía en mi mano izquierda y me gire dispuesto a todo, a deshacerme de quien me había descubierto si se atrevía dejarme en evidencia.

-¿Qué carajos quieres?

-Que me digas quien eres y no tienes que ser

-Yo soy como se me dé la gana, mejor lárgate antes de que se me acabe la paciencia

-Yo soy Perrie Edwars, no tienes que ser un bravucón conmigo no le diré a Lía que la observas o a los tutores

Me detuve a mirar un poco a Perrie, era rubia de ojos azules, no tenía comparación con Lía, pero no podía evitar dejar de ver sus ojos expresivos azules los cuales me habían hipnotizado por completo. Su sonrisa me daba curiosidad debido a que esta no tenía un significado en general pero me había gustado verla en ella.

-Soy Harry Styles, espero que mantengas tu palabra de no decirle nada a Lía

-Claro que la mantendré

Me gustaba ir a observar a Lía y verla sentada en el mismo lugar sin mostrarle a nadie lo que era en realidad y que siguiera siendo nuestro secreto, Perrie seguía frecuentando mi escondite y aunque odiara admitirlo me gustaba estar con ella, se había vuelto mi consuelo y tal vez muy en el fondo también mi amiga, era curioso verla prender fuego a las peñas ramitas que de manera perfecta acomodaba dándole aspecto de cabaña, nunca le pregunte por que lo hacía y eso le gustaba a ella porque era su secreto. Había decidido hablarle por fin a Lía había pasado suficiente tiempo y ese era todo el espacio que le podía dar, yo quería disculparme, mostrarle mis cicatrices que al pasar de los días eran más notorias gracias a las tonalidades de color carmesí que las adornaban, decirle que tenía razón como siempre y que volviera a mí.

aprendiendo a matar -en Edición-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora