Llamas Gemelas

Desesperación.

Inglaterra, 2017.

Vienes 12 de Mayo.

La noche era gélida, nieve caía cubriendo toda la ciudad. Había sido un día muy largo y Harry solo quería descansar al fin.

Pero no podía.

Los pensamientos daban vueltas en su cabeza sin permitirle conciliar el sueño. Estaba cansado. Toda esta situación era demasiado y el día que había llevado no ayudaba en lo absoluto.

Su álbum se había dado a conocer y fue un momento lleno de emociones. En cuestión de horas noticias sobre el llenaban las redes sociales, sus canciones sonaban en todos lados y el no podía sentirse más extasiado en ese momento, pero, por más que trato de no pensar en ello... Sucedió.

El lo sabía. Sabía que pasaría pero no se sentía listo para eso. En este álbum plasmo cada sentimiento, todas esas veces en donde río y amo la vida, así como esos momentos en donde sentía que desaparecería y esa canción...Esa maldita canción que salió de lo más profundo de su ser, esa que, al momento de escribirla, en su mente sólo habían un enorme par de orbes zafiros.

Pasó.

Las personas comenzaron a sacar conclusiones, a comparar, ellos lo sabían...De hecho, siempre lo supieron.

Decidió salir del estudio e ir directo a su casa. No estaba listo para eso. No aún.

Se sentía feliz, su carrera como solista iba cada vez mejor, amaba lo que había conseguido; los sencillos, el disco, los shows, los fans...Se sentía agradecido, pero no podía evitar tener esa sensación de vacío en su pecho.

Tomó su celular y vio la hora. 23:07 pm. Con un suspiro devolvió el aparato a la mesa de luz y se acomodó en su cama quedando boca arriba. Pasó su mano por su rostro acomodando sus rizos, suspiró. Observó el techo, blanco como la nieve que afuera caía. vio el resto de su habitación, apenas iluminada por la tenue luz de su veladora.

Quiso gritar.

Quiso llorar.

Quiso levantarse y correr, sin importar la hora o el clima, sin importar nada. Correr y solo correr.

Pero no pudo hacerlo.

Solo pudo pensar.

Pensar en el.

Pensó en su risa, en esos ojos azules que lo cautivaron hace siete años atrás y al día de hoy, lo seguían haciendo. Recordó cual suave se sentía su piel bajo su tacto y no pudo evitar erizarse por completo. Una media sonrisa apareció en su rostro y río por lo bajo, recordado cada momento vivido... Pero tan pronto como esos hermosos recuerdos llegaron, se marcharon, dando lugar a la pesadilla en la que estaban atrapados desde hace años.

Su sonrisa se borró, y sus ojos se aguaron.

Si bien podía decir que pasó muchos de los mejores momentos de su vida a su lado, tenía que decir que muchos de los peores también.

Eran muy distintos el uno del otro, pero en cierta forma se complementaban. Así lo sentía. Así lo sentían.

Tallo sus ojos con fuerza, logrando que estos ardieran un poco, con un nudo en la garganta decidió darse la vuelta y forzarse a dormir.

Necesitaba descansar y quitar todos esos pensamientos de su cabeza porque dolían. Dolían demasiado.

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