Esa mañana, luego de haberse abierto por completo el uno al otro, algo cambió dentro de ambos; No lo supieron de inmediato pero, a partir de ese Sábado 13 de Mayo, las cosas se volverían muy distintas.
Harry despertó acostado de lado y cubierto casi hasta la cabeza con sus mantas. De forma casi automática se giró hacia el lado contrario esperando encontrarse a su chico durmiendo pero no fue así, en su lugar tan solo encontró un pequeño papel. Lo tomó, era una nota:
Buenos días Hazz, tuve que irme, no quise despertarte, se que estabas cansado.
Lo siento, veré si luego puedo llamarte.
Te amo. x
Una risa un tanto amarga se coló entre sus labios. ¿Porqué pensó que las cosas iban a cambiar?. Suspiró y volvió a girarse hacia el otro lado de la cama, dejó la nota dentro del cajón de la mesita de luz y tomó su teléfono.
Notó que casi la mitad de la pantalla no funcionaba; No había sido solo el cristal lo que se dañó después de todo.
Vio la hora. 13:31 pm. Bufó. Realmente no recordaba si tenía algo importante que hacer ese día y aunque así fuese, no tenía ganas de ir a ningún sitio, tan solo le apetecía quedarse en su casa y pasar un fin de semana tranquilo.
Se levantó de la cama, se dirigió hasta la ventana y observó el paisaje, el cielo un tanto celeste y el sol apenas cubierto por un par de nubes blancas lo sorprendieron, luego de la tormenta de la noche anterior se esperaba algo similar.
De pronto recordó todo lo sucedido hace horas atrás y un escalofrío lo recorrió de arriba a abajo. Sacudió la cabeza. No quería pensar en eso una vez mas.
Pensó que lo mejor sería darse una ducha, desayunar y luego ir por un nuevo teléfono. Resopló. El suyo tenía a penas un par de meses, lo compró unos días después de que saliera al mercado; era prácticamente nuevo.
Se dirigió a su armario, lo abrió y lo observó detenidamente; Había un montón de prendas desordenadas, pantalones mezclados con ropa interior y algún que otro buzo hecho una bola. Incluso divisó un par de prendas del mayor embarullados entre si. Su mirada se desvió un poco, al final eso eran, un desordenado armario lleno de ropa.
Llevó de nuevo sus ojos al interior del mismo. ''Mas que mi armario parece el de Louis'' Pensó. El mayor era realmente desordenado con su ropa, bueno, con todo en general. Rio, quitando momentáneamente los amargos recuerdos de su cabeza.
Mas tarde lo ordenaría. Quizá podría hacerlo por colores.
Vio sus trajes, estos eran los únicos que estaban colgados cuidadosamente en diferentes perchas. El amaba cada uno de ellos.
Luego de un rato buscando entre todo aquel desorden, se decidió por una camiseta blanca un tanto holgada, unos skinny jeans negros rotos en las rodillas, unas botas color caqui con pequeño tacón en ellas y finalmente una campera color crema con terminaciones en gris claro. Dejó las prendas sobre la cama y se adentró en el baño.
Mientras se duchaba comenzó a tararear melodías sin sentido, tratando de relajar su mente, de no llenarla de pensamientos pero estos, de igual forma se hicieron presentes.
¿Era realmente posible querer de aquella manera alguien? El quería a muchas personas, tenía a su madre y su hermana, estaban sus amigos, algún que otro colega... Pero lo que sentía por Louis era totalmente diferente y es que, por loco que sonara, el sentía que lo quería incluso desde antes de conocerlo. Si, era una locura.
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Llamas Gemelas
FanfictionSi bien podía decir que pasó muchos de los mejores momentos de su vida a su lado, tenía que decir que muchos de los peores también. ¿Qué pasa cuando dos chicos se enamoran perdidamente en una industria sumamente homofóbica que los obliga a alejarse...