- Optimus ¿Todo bien allá arriba?- Pregunté por el micrófono, hacían ya varias horas que la nave autobot había salido del planeta y quería asegurarme de que todo iba bien.
- Hemos aterrizado- Se escuchó por el otro lado, suspiré más aliviada mientras volvía a asentarme junto a Bee, en aquel momento las cámaras empezaron a funcionar y tuvimos la vista perfecta de la luna a través de los ojos de Prime y Ratchet, por suerte nos dejaron verlo a través de un pequeño proyector colocado en una de las salas no tan saturadas de elementos con tendencias explosivas para que los autobots pudiesen ver el recorrido de su líder, a fin de cuentas están a punto de ver algo que les perteneció a ellos tiempo atrás, verlo por un proyector es lo mínimo que podemos hacer por ellos.
- ¿Eso es el Arca?- Pregunté al ver la imponente nave estrellada entre los cráteres, ellos asintieron mientras por mi espalda surcaba un escalofrío, Bee me enrolló en sus brazos al notarlo.
- Definitivamente sois demasiado adorables juntos- Rió Mirage, ambos lo miramos con seriedad- Y también dais mucho miedo- Sonreí antes de poner mi cabeza sobre el hombro de Bee, estábamos sentados sobre unas cajas de explosivos desarmados por lo que la espalda acabó doliéndome.
- Sus constantes son bajas- Se escuchó la voz de Ratchet a través del aparato mientras Optimus cargaba con el cuerpo del que supongo fue su mentor, miré a los chicos, cualquiera diría que estaban serios, que no se alegraban o mostraban el más mínimo apunte de felicidad, pero su energía era notablemente de alivio y alegría, estaban felices por ver a aquel autobot.
- Te llevaremos a casa- Fue lo último que dijo Optimus antes de volver a la nave y regresar a casa, para cuando lo hicieran ya sería de noche.
Durante las horas de espera el comandante y numerosos superiores nos pidieron preparar la llegada de la nave, por lo que volví a transformar a Bee en autobot y nos pusimos manos a la obra, sinceramente la idea de Bee de escondernos en algún lado y pasar el rato solos me tentó, a veces se me olvida cuanto le emociona ser humano pero a su vez no puede desviarse de sus tareas autobot.
- Bee pon esas cajas ahí por favor- Pedí, estábamos despejando un poco la zona central de la base para que Sentinel, el cual es del tamaño de Optimus aproximadamente no se chocase con nada, ya nos costó la primera vez lograr que Optimus no se golpeara la cabeza varias veces ahora necesitamos que Sentinel tampoco lo haga, todo iba bien y tranquilo hasta que el ruido de una radio nos alertó.
- ¡Bee! ¡Bee ayuda!- Gritaba la voz de ¿Sam? Ambos nos miramos.
- Los guardias de la entrada- Le dije para que supiera donde ir, este no tardó en transformarse en coche y salir de allí quemando rueda, a mi me tocó correr hasta la entrada.
- ¡William es Sam!- Grité al pasar frente a él sin detener la carrera, cuando salí al exterior vi a Sam regañando a Bee.
- ¿No podrías venir una noche a saludar al menos?- Reí ante la cara de tristeza confusa de Bee.
- Wow, calma Witwicky ¿Qué te ha pasado?- Pregunté con una sonrisa mientras lo abrazaba, él compartió el abrazo seguido de un bufido pesado.
- Los decépticons, uno me ha atacado- Abrí los ojos con preocupación, miré a Bee.
- Venid conmigo- Respondí caminando en dirección a la puerta por la que había salido.
- Lo siento cariño, han sido muy maleducados- Dijo Sam hacia la que deduzco que es su novia- Y tú arreglarás mi coche- Aseguró mientras miraba a uno de los militares.
- ¿Qué has hecho Jeffrey?- Pregunté con sorna mirando al nombrado, este miró al coche de Sam y solté una carcajada- Suerte para arreglarlo- Y dicho esto entré con ellos.
