A la mañana siguiente desperté con el cuerpo molido, estaba claro que el día anterior había usado demasiada energía y si a ello le sumo las inyecciones de suero estoy apañada.
- Buenos días Sam- Saludé aún adormecida, aunque al ver todo el lío que había en la sala desperté de golpe- ¿¡Simmons?!
- ¡Niña fotos!- Exclamó con alegría- Pero chica, son casi la una del mediodía ¿Qué horas son estas de despertar?- Preguntó con sorna, bufé.
- ¿Qué pasa aquí Sam?- Pregunté confusa mientras bebía un poco de agua.
- Va ha ayudarnos- Dijo con firmeza.
- ¿Qué te dijo ayer la directora para que actúes así?- Pregunté con curiosidad, ambos estábamos en la cocina por lo que aproveché para hacerme un bocadillo de lo primero que pillé.
- Nada, pero sé que algo no está bien, nada de esto está bien- Rodé los ojos.
- De acuerdo señor detective ¿Crees que tu novia se molestará si le cojo algo de ropa?- Pregunté haciendo una mueca, él me miró raro- Solo serán unos minutos, en lo que bajo a la tienda y me compro algo para mi- Sam, bastante dudoso, acabó accediendo a ello por lo que tras soltar una risita algo infantil subí a la habitación de Sam, cogí lo primero decente que vi en el armario de su novia y bajé a la tienda, cuando subí me encontré con una escena algo extraña- ¿Qué ha pasado aquí? Solo me he ido por siete minutos- Estaba alucinando, el salón de la casa parecía una versión en miniatura de la base de Nest, lleno de cables, impresoras, papeles y ordenadores y, como ninguno me hizo caso subí, me cambié poniéndome los vaqueros negros y la camisa a botones azul marino recogida por encima de los codos que acababa de comprar y por fin al bajar me prestaron atención.
- ¡Auch!- Se quejaron los tres a la vez.
- ¿Por qué nos electrocutas?- Preguntó Simmons.
- ¿Alguien me explica de dónde ha salido todo esto? Esta información es clasificada- Exigí saber al ver todos esos papeles- Explicación, ahora.
- Alex escucha, todos aquellos que trabajaron en cualquier actividad relacionada con la Nasa y con la luna han muerto ¿Es que no lo entiendes? Está pasando algo muy malo- Explicó Sam, la verdad es que parte de razón tiene- Saben pilotar una nave espacial y no un coche ¿Es que a nadie le sorprende?
- Toc toc- Sonó en la puerta- Tengo la información que me pediste Witwicky- Dijo un hombre completamente desconocido para mí mientras este le entregaba unos papeles a Sam, el hombre agradeció antes de que Sam tratase de cerrar la puerta pero el hombre puso su pie impidiéndolo- Déjeme ver uno, solo un momento- Sam soltó un suspiro antes de abrir la puerta.
- ¿Sam qué haces?- Pregunté entre confundida y alterada.
- Tranquila, en serio, no es ninguna amenaza te lo aseguro- Dijo Sam, aquel hombre pareció impresionado al ver a Bee, es lógico obviamente, sin embargo el hecho de que tratara de pelear contra él me hizo comprender que algunas algunas de las conexiones neuronales de aquel hombre estaban en punto crítico, al final el hombre acabó en el suelo riendo y con el cañón de Bee en la cara.
- Señor- Lo llamé- Lárguese de aquí- Ordené mientras señalaba a Bee que bajase el cañón, el hombre no dudó en salir de aquí corriendo, pero a diferencia de la gente normal lo hizo con una sonrisa en la cara.
- Si es que soy la caña- Vaciló el pequeño autobot mientras salía de su forma de portátil- Acabo de encontrar a dos agentes rusos que iban a ir a una misión tripulada al lado oscuro de la luna, misión que se canceló de la nada- Empezó a decir- He encontrado a ambos hombres.
- De acuerdo, entonces ¿Vamos a ir?- Pregunté antes de que el ruido de la puerta al abrirse nos interrumpiera, la novia de Sam, Carly, acababa de llegar y no se veía precisamente contenta.