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NARRA TOM

—¿Estamos?— pregunté mientras agarraba mi maleta para ir entrandonos al aeropuerto.

—Supongo que si.

—¡Pasarlo bien chicos!— gritó mi madre desde lejos a la vez que sacudía su mano en modo de despedida. Mi madre y yo habíamos ido a recoger a Tord para poder hacer el viaje más fácil y rápido, y así sus padres no tenían de que preocuparse.

Ambos caminamos hacia los mostradores para facturar nuestras maletas. No hubo ningún problema. La chica que nos atendió nos dijo que no teníamos que preocuparnos por la maleta, que llegaría a nuestro destino directamente, al igual que nosotros. Después de eso, fuimos a pasar por seguridad. Primero pasó Tord por el detector de metales y luego yo. No se porque razón, cuando yo pasé sonó el cacharro.

—Alto ahí jóven— me paró uno de los policías—. Vuelve a pasar.

Hice caso a las indicaciones y volví a pasar, esta vez sin pitar. El policía me sonrió y nos dejó seguir adelante. Volvimos a retomar el camino y fuimos al tablero donde ponía los embarques.

—¿Qué hora es?

—Las 5:45— respondió el de cuernos, enseñandome su reloj.

—Aún nos quedan unos 30 minutos más antes de embarcar, ¿te gustaría ver algo o ir a alguna tienda?

—La verdad es que no he desayunado. ¿Te importa si vamos a comer algo?

—¡Para nada!— le respondí, pasando mi brazo sobre su hombro—. Vamos.

Fuimos a una cafetería cerca de nuestra puerta de embarque. Tord pidió un zumo de naranja y una napolitana mientras que yo solo pedí un café con leche.

—¿No te gusta el café?— le pregunté, dándole un sorbo al mío. ¡Estaba ardiendo!

—La verdad es que no. Me parace muy amargo.

—Bebé.

—Abuelo.

Ambos reímos. Al terminar nuestro desayuno nos dirigimos hacia nuestra puerta de embarque y nos pusimos en la fila para entrar en el avión. Miraron nuestros pasaportes y billetes y nos dejar en pasar.

—¿Nervioso?

—Un poco. Tengo ganas de montar en el avión— me respondió, mirándome con un brillo en sus ojos. Agarre su muñeca y lo arrastre conmigo dentro del avión— ¡Tom!

—Ya casi estamos...— ambos entramos en el avión. La cara de Tord se iluminó en un instante. Creo que le sorprendió bastante ver el avión por dentro—. Vayamos a nuestros asientos y acomodemonos... Será un largo viaje.

Cuando ya nos sentamos y acomodados en nuestros asientos, se escuchó la voz de una azafata dando las instrucciones.

—¿En todos los aviones hacen esto?— me pregunto mi acomoañante.

—Si, aunque también hay folletos donde te dice lo mismo pero con dibujitos— le respondí sacando lo antes mencionados del asiento delante mio— ¿Ves?

—¿Y también hay teles en todos los aviones?

—Eso no. Ya que nuestro vuelo es de 14 horas, para no aburrirnos hay teles.

—Vaya...

Cuando la azafata término de dar las instrucciones, el avión se puso en marcha hasta volver a quedarse quieto.

—¿Porqué no despega? ¿Se ha roto algo?— me preguntó Tord, agarrandome de la mano. Por un momento sentí como mi corazón se aceleraba a un ritmo imposible.

「Solo por este verano」ー TomtordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora