Capítulo 10

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—Lo siento mucho...—Apenas se logró escuchar de los labios de Mina, pero lo que si se escuchó fuerte y claro fue el timbre de su teléfono que comenzó sonar por todo lo alto desde de su bolso.

Separándose de Chaeyoung con delicadeza, la japonesa sacó su teléfono con la imagen de Nayeon en la pantalla junto a la palabra "Amor" provocando que el estómago y corazón de la coreana se estrujaran dolorosamente en su interior arrastrándola a la cruda realidad.

—Aló.—Respondió Mina alejándose un par de pasos de Chaeyoung.—... Si, estoy bien... no, es solo que lo olvidé... ajá... eh, t-te llamó luego, ¿Si?... no, no. Todo está bien. ... Si, ya te dije. Bien, a-adiós.—Colgó y un largo suspiro soltó antes de darse la vuelta hacia la coreana que ya se encontraba parada lejos de ella. La chica se había alejado de ella mientras esta hablaba por el teléfono. No tenía intención de oír absolutamente nada.

—Chaeyoung...—Hacia ella caminó—Yo...—

—Es hora de que vayas a tu habitación Mina.—La cortó seria intentado esconder el dolor de las punzadas en su interior —Debo volver pronto con las chicas.—Dijo y Mina detuvo su andar. Claro, debía volver con Rosé. La chica estaría esperando por ella en el club.

—Si, claro.—La mirada bajó y a su lado pasó tomando la delantera, dejando atrás a Chaeyoung y a aquel beso cargado de muchas emociones. Era lo mejor ¿no? Total, eso no iba a cambiar nada ¿o si?

Y Mientras Chaeyoung seguía sus pasos a una distancia prudente, su propio teléfono comenzó a timbrar dentro de su bolsillo—Diga.—Respondió llevándose el aparato al oído.

Chae—Era Sana—tus hermanas preguntan donde estás y Rosé está... mmmm... rara. De repente dejó de hablar y sonreír. Ahora está como decaída y triste, no sé. Deberías volver pronto. —Claro, como no iba a estar rara la rubia si se acaba de enterar que la chica que le gusta resulta que está casada y le había mentido en eso.

—Diles a mis hermanas que me dolía la cabeza y que me fui a tomar un poco de aire. Con respecto a Rosé...—Suspiró pesado observando la silueta de Mina caminar frente a ella—... después te cuento que pasó con ella. Solo hazme el favor de asegurarte que vuelva a su habitación. ¿Si?—

—Ok. ¿Y Mina?—Preguntó.

—Ah... E-Ella ya va hacia su habitación en este momento. No te preocupes.—

—De acuerdo. Hablamos luego entonces.—Colgó.

Sin decir ninguna palabra, las dos siguieron caminando una detrás de la otra en silencio, sumidas en sus propios pensamientos hasta el elevador donde se encontraron con algunas personas.

Bajaron del elevador y todo fue lo mismo hasta que llegaron a la puerta de su habitación.

Mina la puerta abrió y adentro de inmediato. Con algo de torpeza los tacones se quitó y luego bajó la colcha blanca en la cama se metió. Desde la puerta Chaeyoung la observó en silencio después de cerrar.

—Deberías cambiarte la ropa para que duermas más cómoda.—Sugirió recostando la espalda sobre la puerta.

—Estoy bien.—Murmuró su esposa entre las almohadas con el cabello desparramado por todos lados.

—Como quieras.—Suspiró entonces se cuestionó de que debería hacer.

¿Debía irse?

¿Debía quedarse a cuidarla?

No.

Definitivamente tenía que irse.

Tenerla cerca era demasiado doloroso.

7 Días (MICHAENG) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora