Yibo es el alfa en un grupo de hombres lobos, salvaje, hermoso y varonil hombre.
Para su manada lo mejor es que se casé con uno de su clan pero todo cambia cuando conoce que Xiao Zhan.
Un vampiro de sangre pura, delicado, educado y hermoso.
Que lo...
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Yibo dejo la cabeza de su amado con suavidad en aquella almohada, su pequeño bebé estaba a un lado durmiendo, los dos parecían solo descansar. Pero era claro que sabía que Xiao Zhan no estaba bien y su corazón se apachurra dentro de su pecho, hasta sentir dolor, colocó su mano en su corazón para poner su frente sobre la de su amado, era inevitable detener sus lágrimas, las cual caían en las mejillas de Xiao Zhan.
─Te amo... —susurró sin alejarse de él. Su mente parecía no estar en aquella habitación, si no en el sueño de tenerlos a dos entre sus brazos, despiertos y con una sonrisa. Es cuando un pequeño tacto lo regresa en sí, sus ojos se abrieron de golpe, para encontrarse con aquellos hermosos ojos, a los cuales suplicaba con tal fervor y desesperación volver a verlos.
Su corazón latió tanto, que parecía salir de su pecho, lo abrazo con fuerza, ahora no era aquel alfa líder de los licántropos, ahora solo eres un pequeño cachorro, desesperado y feliz.
—Yibo... duele —susurró un débil Xiao Zhan
Yibo se levantó de golpe. —perdón —beso su mejilla —perdón —volvió a disculparse para luego besar aquellos tan ansiados labios.
El beso se hizo profundo, el cual expresó tanto, un amor anhelado y cálido.
El pequeño sonido de un llanto los separó. Por un instante Xiao Zhan se había olvidado de su pequeño bebé, giró levemente su cuerpo para observar con devoción cada detalle del ser que estuvo dentro de él, su cabello es una hermosa combinación de café y negro, como aquellos hermosos ojos amarillos, era hermoso y perfecto ante sus ojos. Lo sostuvo en sus brazos y las lágrimas que un vampiro solo puede soltar solo un par de veces en su larga eternidad ahora estaban rodando en sus mejillas.
—Es perfecto —pronunció Xiao Zhan con una mirada de amor y ternura
—Igual que tú, son perfectos y son los más hermoso de mi vida.
Yibo abrazo a los dos para impregnar su olor y calor en sus frágiles cuerpos.
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