Yibo es el alfa en un grupo de hombres lobos, salvaje, hermoso y varonil hombre.
Para su manada lo mejor es que se casé con uno de su clan pero todo cambia cuando conoce que Xiao Zhan.
Un vampiro de sangre pura, delicado, educado y hermoso.
Que lo...
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Las puertas de aquel lugar se abrieron, era claro que no todo el odio y el resentimiento se iba a acabar de la noche a la mañana, pasarían muchos años para que realmente la paz deseara apareciera, pero por ahora solo quedaba esperar. Algunos vampiros solo salieron del lugar, otros se quedaron, los licántropos ayudaron a los híbridos en limpiar aquel caos, sanar no iba ser fácil, pero ahora era un comienzo.
Ji Li camino entre los pasillos, hasta llegar a una habitación donde a fuera estaba Yibo, quien caminaba como león enjaulado de un lado a otro, mientras Haikuan estaba ahí cruzado de brazos, la pequeña Anne estaba sentada jugando con sus manos.
El olor de la sangre de Xiao Zhan estaba por todo el lugar, eso era lo que ponía más nervioso al futuro padre.
Haikuan miró a la pequeña, sintió el olor, aquel olor era muy preciado por él, olía a su padre, se arrodilló para estar a su altura, tomó sus pequeñas manos para que ella pudiera mirarlo.
—Se que lo has perdido todo, que estas confundida, que tienes miedo y que es difícil para ti, pero, esa criatura —señalo a su hermano — y yo te cuidaremos, podemos estar contigo si así lo quieres —le sonrió Haikuan
—¿Xiao Zhan estará bien? —preguntó con timidez
—¡Lo estará! —pronunció Yibo —él no me puede dejar, no puede.
Ji Li se acercó —Hace mucho tiempo Cheng ha superado a sus padres en muchos aspectos, por lo que ten confianza que él hará todo lo que está en sus manos, ya que está la vida de su amado hermano y su pequeño sobrino en estas.
Los minutos pasaron agonizantemente lentos, para todos en el lugar, la tensión era grande y entonces un sonido retumbó el lugar, era fuerte y claro, el pequeño llanto de un bebé.
El corazón de Yibo salió de su pecho de un brinco al escuchar aquel hermoso sonido, la puerta se abrió y una vampiresa apareció con un pequeño rollo de tela.
Yibo se acerco con cautela, como si tuviera miedo, se lo dieron, lo tomo de la manera más delicada que pudo, unas pequeñas manitas peleaban con aquella manta, para mostrar su rostro, blanco como la nieve, su cabello era una pequeña combinación de café y negro, tenía aquel lunar de su padre y los ojos de un color amarillo, era único en todos los sentidos, las lágrimas del alfa fluyeron hasta caer en el pequeño cuerpo, que era sostenido, su olor era particular, era único.
Aquel momento tuvo que ser interrumpido, porque había otra persona que estaba en su corazón.
—¿Y Xiao Zhan? —preguntó con el rostro lleno de lágrimas
—Ha perdido mucha sangre, pero la hemorragia ha parado, está fuera de peligro solo un poco débil. —pronunció la hermosa mujer.
—Quiero verlo —indicó el lobo.
—Claro.
La puerta se abrió y él entró con su hermoso bebé en brazos. Zhuo Cheng lo miró, todo era un caos de sangre y toallas manchadas.
