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Ya habían pasado algunas semanas -dos para ser exactos- y se podría decir que Jungkook se veía tranquilo con la compañía de Taehyung.

El único acercamiento que tenían; abrazos por solo unos segundos.

¿Unos tres, cuatro?

Taehyung gruñía cada que él menor lo alejaba pero sabía que estaba quizá excediéndose un poco de confianza.

Lo sabía porque Jungkook apartaba sus manos cuando Taehyung amagaba con tomarlas inocentemente, solo para jugar con ellas.

Lo sabía porque aún en el sofá había una distancia considerable entre ambos a la hora de charlar y convivir.

Pero era lindo más como agradable.

Cuando hacía sus tareas y Jungkook se interesaba en estas, se acercaba más y era agradable sentir la presencia de Jungkook cerca.

El castañito se esperaba hasta que Taehyung terminara para hacer preguntas sobre cosas que no entendió o que le parecieron interesantes y el mayor le explicaba con una sonrisa en los labios y señas efusivas.

La presencia de estaba haciendo agradable para ambos y estaba bien.

Jungkook era un tanto aprensivo consigo mismo pero estaba bien.

El mayor no iba a forzarlo a tenerle confianza, no era así como funcionaban las cosas. Le bastaba con notar que Jungkook ya se dirigía a él con más facilidad, era un poco más expresivo a la hora de hacerlo y enserio era bastante conversador.

Le encantaba eso a Taehyung.

Porque él también lo era.

Y ahí estaba el chico tocando la puerta de la casa Jeon esperando que esta fuera abierta por la señora Cho, quien no tardo en aparecer ahí.

—Hey, hola Taehyung—Saludo, aquella señora ya traía su bolso y su enorme mochila colgadas claramente esperando que el castaño llegara para poder retirarse de ahí.

El chico saludó con un asentimiento de cabeza y una agradable y linda sonrisa.

—Buenos días Señora Cho—Hizo una corta reverencia.

—Jungkook en estos momentos está en su habitación por si no lo llegas a ver—Taehyung asintió y poco después sus lugares habían cambado, con la señora Cho fuera de la casa y Taehyung dentro de ella, cerrando la puerta.

Dejo sus cosas sobre la mesa dispuesto a esperar por el menor sin querer subir a su habitación.

Se dirigió a su lugar más común en aquella casa; el sofá, sacó de su mochila su laptop que llevaba consigo para poder hacer esos tediosos proyectos finales para su final de semestre, estaba tan atareado.

Pero ya era lo último.

Se puso cómodo mientras esperaba que su laptop se encendiera, saco algunos cuadernos de notas y lo necesario para su proyecto.

Detuvo por completo sus acciones.

Creyó estar alucinando cuando comenzó a escuchar una linda melodía provenir del piso de arriba de la casa, aquellas notas musicales con tan buen orden y tiempos en las teclas del piano no podían provenir de allá, para el no era posible estar escuchando aquello, menos sabiendo quien era la otra persona en ese hogar.

Pero la melodía seguía y seguía, envolviéndolo en esas agradables notas, haciéndolo no querer seguir con sus aburridos proyectos e ir corriendo piso arriba a saber que ocurría.

Capas era la casa vecina o quizá podía ser que Jungkook estuviese acompañado de alguien más que...

¿Por qué estaría acompañado de alguien más?

Nonetheless『 taekook 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora