𝐿𝑢𝑥 -Fate: Saga Winx

Capítulo 1

Vega estaba en la cama de Sam con su cabeza entre las piernas del chico.

- ¿Qué tal lo has pasado estos días?

- Ya sabes, como siempre.

- Venga ya; tendrías que hacer otras cosas que leer y echarme de menos.

- ¿Por qué piensas que te eche de menos?

- Porque soy adorable ¿quién no me echaría de menos?- le contestó el chico con una gran sonrisa.

- Yo no lo hacía. - mintió.

- Eres una mentirosa . - la acusó.

- No miento.

- Si parecías Julieta.

- ¿Julieta? Que yo sepa no te grite que me llevarás contigo a los cuatro vientos, mi querido Romeo.

- En algún momento lo harás.

- ¿Y lo de la historia de amor prohibida?

- Que yo sepa a tu madre y a tu hermana no les caigo muy bien que digamos.

- Pero yo a tu familia si.

- Es porque tienes esa habilidad; para hacer que todos te amen.

- No todo el mundo me quiere.

- Eso es porque ellas son gilipollas.

- Mi vida en vez de Romeo y Julieta; parece más la de la cenicienta.

- Si, pero no tienes madrastras ni hermanastras.

- En cambio son mi propia madre y Stella las que me tratan así. - dijo con tristeza la rubia.

- No merecen tus lágrimas y menos a ti.

- Dios, ¿qué haría si no me hubieras dado flores ese día?

- Probablemente estarías como Rapunzel. - le dijo él en el oído haciendo que ella sonriera.

- Seguramente.
¿Y qué pensarán ellas sobre mí secuestro?

- Pensaran que tú eres la bella y yo la bestia. 

- ¿Y quién sería Gastón?

- Claramente sería Riven.

- ¡Oh Dios!- exclamó soltando una fuerte carcajada.

- Me lo imagino todo arrogante y decirte, querida Vega ¿no te apetece fumar hoy?

- Oye, sabes que fumo.

- Ya,  porque él es una mala influencia para ti.

- ¿Y tú no? - preguntó enarcando una ceja.

- Yo te enseñe las películas de princesas y él te enseñó los porros.

- ¿Con quién aprendí a decir palabrotas? ¿Con quién bebí alcohol por primera vez? y ¿Con quién vi mi primera peli porno?

- Vale, puede que yo también sea una mala influencia.

- Antes de que fueseis mis mejores amigos; yo era una chica dulce e inocente.

- Sigues siendo dulce pero inocente no tanto.

- Por vuestra culpa. - ella habló sacándole la lengua; cosa que al chico le parecía tierna.

- Pero sigues siendo igual de infantil.

- Tú también.

- No te dijo que no.

- Me apetece ver alguna peli de princesas.

- ¿Quieres ver Brave?

- Como se nota que me conoces.

Y ambos chicos se quedaron despiertos hasta tarde haciendo un maratón de películas de princesas Disney.