En un mundo donde casarse por compromiso es bastante normal para mantener a las familias de renombre en lo más alto de la sociedad, un joven doncel que se encuentra en sus veintitantos años de edad se ve en la obligación de hacer lo mismo que dicta...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Yu ZiYuan nunca había sido del tipo de persona que se deja manipular por sus emociones, el haber nacido dentro de una familia prestigiosa le había enseñado cuál era su lugar en ese mundo y cual sería su papel una vez que se casará con el hombre con que se comprometió.
Ella no esperaba nada de ese matrimonio, pero el fruto del mismo la llenó de emociones que nunca creería poder experimentar.
Las cosas que haría por sus hijos son imaginables, incluso matar resulta fácil ante la supervivencia de ellos y eso le hace sentir miserable, porque si se cree capaz de arrebatarle la vida a alguien "¿Por qué no puede demostrarles lo mucho que les ama?" Se pregunta y ahora se siente aún más desolada.
Puede que aún no encuentre una respuesta válida para ello, pero después de lo que pasó ese fin de semana en esa endemoniada mansión, la sola idea de que podría perder a su hijo a manos de esa maldita gente le hizo sentirse enferma, enferma de ella misma porque fue quién orquestó todo eso.
Sabe que no tiene sentido el arrepentirse ahora, pero le debe una disculpa a su hijo por haberle hecho creer que él debía de cargar con el peso de todo el mundo sobre sus pequeños hombros, lo cual es ridículo porque su hijo ya no es un niño pequeño y no necesita que ella le proteja. Sin embargo, ella es madre antes que todo y no dejará las cosas así.
- Buen día, Madame - Escucha que le saludan a sus espaldas, pero no se giró a ver quién era.
- Buen día - Gesticula y levanta su cabeza para mirar a su alrededor.
No ve a nadie sospechoso en esa cafetería, pero está más que segura que aún se encuentran vigilando sus pasos y por eso concretó esa cita en un lugar así.
- Conoce el procedimiento, no pueden vernos juntos - Le recuerda el desconocido, sentándose en la mesa detrás de ella y así ambos se encuentran dándose la espalda.
- Lo sé, pero esto es apremiante - Murmura y en cuanto sacó su teléfono para fingir que hacía una llamada procedió a contarle todo.
- Así que intentaron matar a su hijo - Sopesa el contrario, llevándose su taza a los labios.
- No puedo asegurarlo, pero definitivamente fue algo planeado - Asiente la mujer, con su mirada en el frente.
- Se me hace que está relacionado con el inconveniente de los proveedores - Dice en un tono reflexivo - Puede que no estuvieran satisfechos y decidieron darle otra lección - Comenta y las manos de la contraria se cierran en puños, hasta que sus nudillos se volvieron blancos - ¿Estaba solo? - La pregunta del hombre la saca de su neblina de odio.
- No, iba con el otro mocoso - Gruñe, dándole un sorbo a su café.
- Eso confirma mi teoría - Tararea el desconocido, casi en una risa.
- ¿Cuál? - Le apremia, sin estar de humor para juegos.
- Que esa emboscada no era para él, no directamente - Le hace ver y los ojos de la Madame se abren en entendimiento al comprender - Ya lo entendió, ¿No? - Dice al interpretar su silencio como tal - Ellos saben cuales son los puntos débiles de su hijo - Menciona despreocupadamente, sabiendo que esa es una de las constantes en su plan.
