En un mundo donde casarse por compromiso es bastante normal para mantener a las familias de renombre en lo más alto de la sociedad, un joven doncel que se encuentra en sus veintitantos años de edad se ve en la obligación de hacer lo mismo que dicta...
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Al abrir sus ojos Jiang Cheng de pronto se encontró con un paisaje peculiar en donde la nieve cubría toda la extensión del lugar que lo rodeaba y solo había una cabaña pequeña retirada de la gran residencia a donde él y sus padres fueron invitados, no supo en qué momento se extravió pero ahora se siente preocupado de que pueda meterse en problemas y no pudo visualizar a ninguno de los sirvientes para pedir su ayuda, así que se acerca a la cabaña con pasos dudosos.
Estaba nervioso y asustado de las consecuencias pero aún así llamó a la puerta, luego metió sus manos dentro de su abrigo porque había dejado sus guantes adentro de la mansión, sorbió por su congelada nariz y lentamente sus ojos comenzaron a empañarse mientras más esperaba de pie en la puerta. Estaba a nada de echarse a llorar cuando una figura blanca, esbelta y alta salió de la residencia, la mujer soltó una exhalación de sorpresa e inmediatamente se puso de cuclillas para verificar su condición.
- ¿Te encuentras bien? - Pregunta en un tono suave, incluso cálido y Jiang Cheng solamente asintió - ¿Estás perdido? - Inquiere aunque ya supone la respuesta - No te preocupes, notificaré a la familia principal que estás aquí, vendrá en unos minutos - Le tranquiliza y en ese momento levantó su mirada.
Un rostro hermoso y fino le devolvió la mirada, unos ojos brillantes y una sonrisa deslumbrante le recibieron, era una mujer hermosísima y extrañamente familiar pero no podía decir por qué.
- ¿Qué sucede, madre? - Una voz infantil se escuchó detrás de la mujer y enseguida un niño igual de hermoso apareció de sus espaldas - No sabía que teníamos un invitado - Comenta y le sonríe muy ampliamente.
Jiang Cheng se quedó sin palabras y retrajo su mirada, jugueteando con sus dedos de forma nerviosa porque no sabía cómo reaccionar a una situación así.
- Se extravió, A-Huan - La mujer le corrige, acariciando la cabeza de su hijo tiernamente - ¿Podrías prestarle unos guantes? Parece que tiene frío - Señala e invita al niño a entrar.
Se sintió más cohibido al ingresar en la cabaña, incluso cuando el niño bonito le pasó unos guantes no apartó su vista del piso y la mujer se rió por lo tierno de su actuar, cosa que lo hizo sonrojarse.
- ¿Cuál es tu nombre, pequeño? - Pregunta la mayor, invitándole a tomar asiento mientras servía un poco de té para los tres.
- Mi mamá me dijo que no debo decirle mi nombre a extraños - Murmura, aceptando la humeante taza.
- Pues tu mamá es una mujer muy sensata - Concuerda la contraria muy risueña - Pero no te preocupes, ella entenderá - Agrega con absoluta confianza.
- ¿Es amiga de mi mamá? - Inquiere Jiang Cheng, sorprendido ya que creía que Madame Jin era la única amiga de su madre.
- Así es, nos vemos de vez en cuando - Le asegura y como él piensa que los adultos no tienen por qué mentir, pues confió en ella.