CODEPENDIENTES (Sasuhina)

Nunca Pude Tenerte

Como tres personitas han pensado que este es el capítulo final pero no es así, yo estaré avisando cuando vaya a tener fin esta historia.

Una improvisada celebración por el regreso de Hinata se llevaba a cabo en los territorios Uchiha, todos conversaban y trataban de convencer a la ojiperla de quedarse hasta que cierta pelirosa llegó de última a la casa del Hokage, cuando entró, todos los presentes guardaron silencio al ver cómo se encaminó a Sasuke para rodearlo por el cuello y robarle un beso, —¿Que haces Sakura?— El la apartó con rapidez y giró su mirada hasta la ojiperla que pareció no inmutarse por lo que acababa de suceder. Luego del incómodo momento, todos volvieron a lo suyo e ignoraron la precencia de la Ninja médico, —Hinata...— Dijo Sasuke detrás de su esposa quien le prestó atención cuando se encontró con la mirada negra, —Necesito hablar contigo— la tomó del brazo con suavidad y ambos caminaron hasta el jardín, una ves ahí ella lo miraba de una manera de decirle que hable ya, —Lo que sucedió hace un momento entre Sakura y yo no es lo que parece—  su voz tenía impresa algo de disculpa en el tono pero a la vez también orgullo.
Ella sonrió y tras dejar escapar un suspiro sonrió, —¿No piensas decir nada?— cuestionó algo molesto tomándola por la muñeca.

La ojiperla negó con la cabeza y arrebató el brazo del agarre de su esposo, —No tengo que decir nada, me enteré de que en mi ausencia estuviste un tiempo con ella e incluso buscaste tener un hijo y esta bien, no te juzgo por eso, yo concuerdo en que quisieras rehacer tu vida a lado de esa mujer que siempre te ha amado pero eso quiere decir que no me amas, ¿Porque me detienes aquí?.. ¿Que tal si ella te hubiese dado un hijo?— Hinata no estaba furiosa mas si confundida y fastidiada, —¿Si ese fuera el caso, ahora  estarías aquí tratando de retenerme y persuadirme para que no me vaya de nuevo?.. Deja este juego Uchiha y dejame ir, este ya no es mi hogar— La ojiperla se alejó un poco y el la siguió hasta que la detuvo por la cintura y la pegó a su pecho aún  estando de espalda ella, —No quiero estar aquí—

—Estas mintiendo— Decidió hablar con su ronca y varonil voz que le hizo erizar cada vello de su piel al sentir su aliento chocar contra su oreja, —Aún te estremeces cuando te tengo entre mis brazos como justo ahora lo hago— trató de soltarse pero era imposible luchar contra su agarre, —No se te ocurra abandonarme Hinata, no estoy dispuesto a perderte de nuevo—

—No puedes perder algo que no tienes Uchiha— Sasuke intensificó su agarre y mordió el  lubulo de su oreja mientras su mano se paseaba por su abdomen y la otra encontró sus grandes senos, —Por favor Hokage Sama no sea tan atrevido, alguien puede vernos, tengo que volver— con algo de fuerza se zafó de su depredador y se marchó lejos para volver con los demás.

Después de la bienvenida a Hinata los días transcurrian, Sasuke no permitió que se fuera de nuevo, no la dejaba ni un instante sola y a la torre se encargaba de enviar solo un clon para ocuparse, todo solo para no perderla de vista ya que insistía en marcharse. Aunque no solían hablar mucho, de nuevo estaban aprendiendo a convivir, ella sentía como si corazón saltaba al ver a su hijo feliz  a lado de él que era su padre, pero eso no se lo haría saber al Uchiha.
Un día alguien llamó a la puerta y al abrir se encontró con la pelirosa frente a ella, —Sakura... Hola— Sin pedir permiso se adentro a la propiedad  del Uchiha y comenzó a buscar por todas direcciones, —¿En que puedo ayudarte?—Preguntó la ojiperla.

—Escucha Hinata, yo estuve viviendo en esta casa durante mucho tiempo, Sasuke y yo tratamos de formar un hogar tras tu supuesta muerte, todo marchaba bien... Lo que no entiendo es ¿Porque volviste?— Su voz se escucha a llena de cólera pero tratando de contenerse y no estallar, —¿Pretendes quitármelo de nuevo como aquella vez?— Se dio la vuelta para seguir su camino en busca del pelinegro sin darle oportunidad a Hinata  de hablar, —¡Sasuke Kun, donde est...— Se interrumpió al salir al patio trasero y encontrár a ese hombre que tanto ama  con su  pequeño hijo dormido a su lado sobre él jardín y bajó un frondoso árbol de cerezo, —Sasuke...— si voz ahora parecía resignada.